KERRVILLE; Texas.- Luego de que su vida cambiara por una tragedia, este hispano ahora busca ayudar a otros que enfrentan la desgracia tras las inundaciones del pasado 4 de julio en Kerrville.
"Yo conozco ese dolor": rescatista hispano cancela sus vacaciones para ayudar a damnificados por inundaciones
Como hijo de inmigrantes mexicanos y además entrenador de seguridad, rescatista y voluntario, Alfonso sintió que era su deber viajar de Dallas a Kerrville para seguir su llamado a ayudar.
Alfonso Solís, de 47 años, perdió a su esposa luego de que ella falleciera a dos semanas de dar a luz a su hija, en el 2007, pero Alfonso dice que logró transformar su dolor en una misión: ayudar a otros.

Como hijo de inmigrantes mexicanos y además entrenador de seguridad, rescatista y voluntario, Alfonso sintió que era su deber viajar de Dallas a Kerrville para seguir su llamado a ayudar.
Y es que Alfonso se encontraba de vacaciones cuando ocurrió la inundación del Río Guadalupe, el pasado 4 de julio, pero al enterarse, canceló sus planes de descanso, llamó a sus colegas, empacó sus herramientas y se dirigió a la devastación.
“Una cosa es verlo por televisión, otra cosa es estar ahí, mirarlo, olerlo, sentirlo. Es un ambiente muy diferente”, aseguró Alfonso.
Búsqueda de cuerpos es muy difícil, considera Alfonso
A pesar de su amplia experiencia buscando personas, Alfonso aseguró que la búsqueda de víctimas en el Río Guadalupe es muy difícil.
“Esto es muy diferente porque una cosa es buscar a un niño que está perdido en el bosque o un anciano que se fue de la casa, porque estoy buscando señas de esas personas, aquí no hay nada que rastrear, solamente es una gran cicatriz, 200 yardas de ancho y 120 millas de largo. Es muy diferente porque todo está destruido, es como una zona de guerra”, dijo Alfonso con agobio.
Su rol no es solo rastrear, sino también ser un puente entre familias latinas, que no hablan inglés y que en la actualidad desconfían totalmente de las autoridades de Estados Unidos.
“También el clima político, no todos quieren pedir ayuda a las autoridades. Debe haber alguien que sea intermedio para ayudar a esas personas”, agregó el rescatista.
Alfonso sabe que la muerte de su esposa fue el momento en su vida que le mostró su vocación.
“Eso fue un gran dolor que se convirtió en pasión, pasión que se convirtió en propósito y el propósito es una misión… y hay que seguir la misión”, dijo a Univision 41.
Y aunque Alfonso sabe no siempre se puede aliviar el dolor de los demás, mantiene su empatía para quienes la necesitan.
“Verlos llorar, escucharlos, eso es difícil porque yo conozco ese dolor. Cuando una persona está desparecida, yo sé lo que se siente, y ese es mi motivo para tratar de ayudarlo”, agregó.
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