SACRAMENTO, California.- Nuevamente un fuerte sismo golpeó California la tarde de este 5 de diciembre, en el condado de Humboldt, recordándole a la población que el estado es propenso a desastres naturales de gran magnitud.
Terremotos y catastróficas megainundaciones: qué dice la ciencia sobre los riesgos en California
El calentamiento global está aumentando drásticamente las probabilidades de que California quede bajo el agua debido a una megainundación, asegura un estudio de “Science Advance”, pero no es el único riesgo, el Estado Dorado también es tierra de terremotos.
En los próximos años, el estado podría enfrentar una serie de catástrofes asociadas con los cambios provocados por la emergencia climática y por su muy particular ubicación entre fallas geológicas.
Nuevos estudios han revelado que los residentes en el Estado Dorado ya no solo deben prepararse para actuar en caso de terremotos, sino que la posibilidad de que ocurra una megainundación es cada vez mayor.
Desde las grandes ciudades del sur como Los Ángeles y San Diego, pasando por la región del Valle Central y Sacramento, ya en el norte del estado, hasta el Área de la Bahía, son diversos los peligros que los residentes afrontan y, también las acciones que pueden tomar en caso de que ocurran estas tragedias.
La megainundación que adelantó su amenaza
California se encuentra en riesgo de sufrir una catastrófica megainundación en los próximos años, advirtió un nuevo estudio realizado por Science Advance.
Esta nueva amenaza será aún más peligrosa que cualquier otro desastre provocado por fenómenos meteorológicos, e incluso más devastadora que un terremoto de gran magnitud.
El análisis señala que estas posibles inundaciones catastróficas “provocarían el desplazamiento de 10 millones de personas (…) y casi $1 trillón en pérdidas económicas”.
Según la investigación, una potencial megainundación devastaría la región del Valle Central; anegando ciudades como Fresno y Bakersfield.
Pero una buena parte de los daños se ocasionarían en Sacramento, una ciudad que desde su fundación ha lidiado con las inundaciones, pero que, según el estudio, convertiría todas las tierras bajas en un “vasto mar interior”.
Este escenario sería aún más devastador que la “Gran Inundación” sufrida en California en 1862, donde se vivieron 30 días consecutivos de lluvia, que incluso cambiaron el curso del río Los Ángeles.
La emergencia climática, la principal causa
Las inundaciones y los riesgos asociados empeoran principalmente debido al cambio climático, ahora considerada ya una emergencia climática, que a su vez trae mayores sequías e incendios forestales devastadores que cambian el paisaje.
En su expresión más evidente, la sequía va consumiendo de a poco los campos fértiles de California, desapareciendo acres de cultivo que hoy por hoy no son más que grandes terregales.
Sin embargo, no es el único efecto. La extracción de agua de los mantos freáticos para subsanar la falta de escurrimientos ha comenzado a hundir el suelo y, en zonas como el Valle de Stockton, las consecuencias ya son notorias.


















En el extremo del clima, tormentas torrenciales
Según el estudio, las precipitaciones extremas serían provocadas por un aumento en la fuerza del río atmosférico, que son fuertes tormentas que arrojan grandes cantidades de agua a la vez.
Estos ríos atmosféricos son efecto del denominado “latigazo cervical” del planeta, donde el aumento de las temperaturas permite que la atmósfera absorba y almacene más humedad.
Esta acumulación de humedad puede resultar en sequía extrema o en la liberación masiva de agua. Es decir que, el riesgo de una "megainundación" aumenta a medida que aumenta la temperatura global.
El análisis afirma que estas inundaciones masivas han ocurrido en el estado cada 100 o 200 años, pero con el aumento en las temperaturas, una megainundación podría ocurrir en unos 40 o 50 años.
California, territorio de sismos
Si los californianos han aprendido algo de su tierra es que se debe aprender a vivir con el riesgo de grandes terremotos.
Históricamente, California es susceptible de ser sacudida por temblores, desde el sur del estado hasta el norte, una compleja red de fallas geológicas activas mantiene alerta a los científicos sobre un potencial sismo.
Y en esa red de fallas hay dos que los geólogos mantienen constantes en su radar: la falla de San Andrés y la falla de Hayward.
El escenario no es muy alentador. De acuerdo con el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), existe una alta probabilidad de que el estado sea golpeado por un “gran terremoto” en los próximos antes de 2030.
Este gran terremoto podría tener su origen en la temida falla de San Andrés, de hecho, según geólogos del USGS, existe un 70% de probabilidades de que así ocurra antes de 2030.
Un gran sismo de magnitud 6.4 o superior potencialmente impactaría el Área de la Bahía de San Francisco, y llevaría sus efectos a regiones como el Valle de Sacramento e incluso el Valle de San Joaquín.
“En realidad no hay excepción (de riesgo de un terremoto), especialmente para las personas que viven cerca de las fallas, pero en realidad es en todo California”, explicó en entrevista Yvonee Dorantes, coordinadora de Servicios de Emergencia de la Oficina de Servicios de Emergencia de la Oficina del Gobernador de California (Cal OES).
La experta abundó en entrevista con Univision 19 que en el estado existen alrededor de 200 fallas activas que pueden “causar mucho daño”.
Uno de los grandes riesgos para regiones en el Área de la Bahía o en Sacramento tiene que ver con el fenómeno conocido como licuefacción.
Este fenómeno ocurre en regiones con suelos sedimentarios jóvenes o altos niveles de mantos freáticos, es decir de agua en el subsuelo. Cuando hay un sismo, la licuefacción provoca que el suelo se agriete y se desplace en zonas donde hay estructuras pesadas como edificios.
La falla de San Andrés, el origen de “The big one”
La falla de San Andrés se trata de una ruptura de las placas tectónicas que se formó hace unos 30 millones de años y que atrae la atención de los geólogos por el riesgo de que produzca un terremoto con consecuencias devastadoras.
Es una de las fallas más largas del mundo, con más de 800 millas de extensión, desde el mar de Salton hasta Cabo Mendocino.
Geológicamente, divide a California en dos, según la Autoridad de Terremotos de California: por un lado, San Diego, Los Ángeles y Big Sur, que quedaron en el lado de la placa del Pacífico; y por el otro, San Francisco, Sacramento y Sierra Nevada, en la placa de América del Norte.
La mayor preocupación para los geólogos apunta a la región sur del estado, en donde ciudades como Desert Hot Springs, San Bernardino, Wrightwood, Palmdale, Gorman, Frazier Park, Daly City, Point Reyes Station y Bodega Bay; además del sur del condado de Los Ángeles.
Según una modelación que el USGS hizo hace 12 años con base en un sismo de 7.4 de magnitud con epicentro en el Valle de Coachella, el terremoto provocaría 1,800 muertes y más de 50,000 heridos.
La falla de Hayward, amenaza en el Área de la Bahía
Entre el 2017 y el 2037, el Área de la Bahía tiene una posibilidad de 63% de que ocurra un sismo de magnitud 6.7 o mayor, según datos de USGS.
En esta región, que incluye ciudades altamente pobladas como San Francisco, existen dos posibilidades de ruptura de fallas que terminarían en un gran terremoto: la falla Hayward-Rodgers Creek, con un 31% de probabilidad; y la falla de San Andrés, con un 21%.
De acuerdo con el USGS, la zona más vulnerable es la parte este de la Bahía, ya que en esta área se encuentran la mayor cantidad de fallas activas.
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