Melania “sólo quiere irse a casa”, según fuentes cercanas a la Primera Dama

Según CNN, Melania pidió que le investiguen discretamente de qué fondos dispondría al dejar la Casa Blanca y arreglos para hacer más cómoda su estancia en la residencia de Mar-a-Lago, en Florida.

Por:
Univision
Melania ya está haciendo las maletas en la Casa Blanca para irse a vivir a la residencia de Mar-a-Lago, en Florida.
Melania ya está haciendo las maletas en la Casa Blanca para irse a vivir a la residencia de Mar-a-Lago, en Florida.
Imagen Getty Images / Fotoarte: Víctor Vorrath

Después de darse a conocer los resultados que dan como ganador de la contienda presidencial a Joe Biden, Melania Trump apoyó públicamente al presidente en sus reclamos para impugnar los resultados de las elecciones.

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Pero en privado, la postura de Melania era muy clara: tenía que asegurar cómo viviría poco después de la presidencia.

Según CNN, Melania pidió a un emisario que averiguara discretamente qué estaba disponible para ella en términos de presupuesto y asignación de personal para la vida posterior a la Casa Blanca.

Trump se aferra a la Casa Blanca y ella piensa en una nueva residencia

Mientras Donald Trump se resiste a conceder el triunfo de la elección a Joe Biden, Melania ya está pensando en qué cosas deberá empacar para enviarlas a la residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.

“Ella sólo quiere irse a casa”, dijo una fuente familiarizada con el estado de ánimo de Melania Trump que fue citada por CNN.

Según Laurence Leamer, autor de un libro sobre la residencia de Mar-a-Lago, Melania sabe que esta residencia es el único lugar donde su esposo podría encontrar elogios que seguramente necesitará después de cuatro años bajo escrutinio público.

Fuentes cercanas a su familia dicen que cuando Trump visita la residencia incluso se hacen sonar melodías como “Dios bendiga a America” ante la presencia del presidente y su esposa.

Melania investiga sobre sus beneficios

Según la televisora, Melania le pidió a Marcia Lee Kelly, una empleada especial del gobierno no remunerada, y a otros asesores que le investigaran si había fondos disponibles para la Primera Dama tras dejar la Casa Blanca.

Pero no hay ningún presupuesto del que pueda disponer Melania, salvo una pensión anual de apenas 20,000 dólares al año, que se le pagarían solo en caso de que su marido falleciera.

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No obstante, Trump sí tiene un presupuesto asignado para instalar una oficina, contratar personal y cubrir gastos de viaje.

Maletas en la puerta

La fuentes consultadas por CNN revelaron que actualmente en la Casa Blanca se hace de los muebles, el arte y los artículos personales de Melania, a pesar de no contar con un presupuesto oficial para abandonar a la Casa Blanca.

La Primera Dama también está enfocándose en su legado a través de un libro de memorias, como lo han hecho otras primeras damas y que se han convertido en libros muy demandados. Actualmente se está realizando un inventario en la Casa Blanca de los muebles, el arte y los artículos personales de Trump.

Aunque parece que el enfoque del libro no será autobiográfico, sino más bien abordará la hospitalidad de la Casa Blanca o los proyectos de diseño que ha emprendido mientras era Primera Dama, como el pabellón de tenis.

Barron acabará la escuela en Florida

Con la mira puesta en la residencia de Mar-a-Lago, a Melania le interesa el cuidado de su hijo Barron, quien acabaría su año escolar en Florida.

Mientras llega el 20 de enero, fecha en la que ya deberían haber desocupado la Casa Blanca, un contratista ya trabaja en un realce estético de la residencia, lo que incluye pintura y nuevos textiles para la llegada de la familia del presidente y elementos del Servicio Secreto resguardan la propiedad.

Además del envío de algunos bienes a la residencia de Florida, también se están despachando algunas cosas hacia la Torre Trump de Nueva York, según fuentes que consultó CNN.

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Tras su retiro de la Casa Blanca, Melania estaría considerando mantener proyectos de asistencia e instalar una oficina

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El rojo ha sido su mejor aliado en sus recientes apariciones. Parece que es el color con el que prefiere ser vista en público y lo ha elegido para visitar de nuevo su casa de campo en Mar-a-Lago, Florida. Recontando su armario, no es difícil reconocer que ha llevado el rojo con especial insistencia desde que su esposo está en el poder, quizás como un reclamo de protagonismo. Melania Trump suele mostrarse lejana de los tonos pasteles, favoritos por el contrario de Ivanka Trump. La primera dama prefiere enseñarse contudente, con tonos compactos y, quien sabe, hacer de eso un eco de su carácter.
Con un abrigo tipo vestido elegante y clásico, con guantes rojos y lentes de sol, Melania Trump volvió a apelar a ese aire de diva del cine de otras décadas que viene marcando su estilo desde que ocupa el rol de primera dama. A su lado, caminan su esposo Donald Trump y su hijo Barron, al que no veíamos desde la posesión presidencial.
"La elegancia de la señora Trump, quien después de todo fue una modelo, seguro ha complacido a cada vez más personas y ha ayudado a mejorar su percepción". Si la analista de la Universidad de Boston Elizabeth Mehren acierta en su hipótesis, la ropa que ha usado la primera dama durante el inicio de presidencia de Donald Trump han jugado un rol más determinante del que cualquier devota de la moda podría siquiera atribuirle a un vestido.
Melania Trump, lejos de perder popularidad, escala en las encuestas y, si su estilo está influenciado en este ascenso, vale la pena darle un vistazo a qué está haciendo bien. Durante las celebraciones del Día Internacional de la Mujer, la primera dama lideró un almuerzo de mujeres en la Casa Blanca alardeando 
<b>un vestido negro de Ralph Lauren con hombreras de cuero con un precio de 2,490 dólares.</b>
A diferencia de febrero, marzo ha resultado un mes de mayor exposición para la primera dama que por fin ha empezado a ocuparse de actividades propias de su cargo. El pasado 2 de marzo, visitó el Hospital Presbiteriano de Nueva York vestida con un elegante sastre pantalón azul oscuro, combinado con un saco azul cobalto de la marca 
<b>Proenza Schouler, de 458 dólares, y unos tacones tipo pumps de la marca Christian Louboutin, de 675 dólares</b>. En esta ocasión la primera dama leyó el cuento de Dr. Seuss, 'The places you'll go'.
Su estilo hecho de siluetas clásicas, cortes conservadores y colores en bloque se vio en su máxima expresión en el que quizás ha sido uno de los momentos más relevantes desde que su marido tomó posesión: el discurso que pronunció en el Congreso ante los miembros de las dos cámaras. Su negro 
<b>contrastó con el blanco que lucieron las congresistas demócratas</b> en homenaje al movimiento feminista y en referencia a las sufragistas estadounidenses de hace más de un siglo.
La primera dama eligió un traje de falda y saco en crepé bordado con piedras, del diseñador americano
<b> Michael Kors. La chaqueta de brillantes se encontraba en las tiendas online por 4,995 dólares, mientras que la falda alcanzaba un precio de 4,595 dólares, </b>después de su aparición se agotaron. ¿Será este el comienzo del efecto "Michelle Obama" que hará que la mujeres quieran imitar el estilo de Melania?
Si el negro y el azul oscuro han sido una constante en estos pocos días de gobierno, el tono rojo ha sido el mayor protagonista del armario de la primera dama, quizás como una manera de hacer eco del color del partido de su marido, y de combinar con su siempre favorito color de corbata. Durante un mítin en Florida, el sábado 18 de febrero, 
<b>Melania Trump eligió un vestido sin mangas y de corte a la cintura de la marca inglesa Alexander McQueen.</b>
El rojo fue de nuevo protagonista: en el traje de
<b> Melania Trump, esta vez de la casa italiana Valentino, de un valor de 2,950 dólares;</b> y también en el sastre de pantalón de Ivanka Trump, de otra reconocida marca italiana, Escada. Reunidas con otras mujeres, Melania e Ivanka hicieron presencia durante la firma de las órdenes ejecutivas H.R. 321 y H.R. 255, que según el presidente Trump, ayudarán a la consolidación de empleos para las mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología y la ingeniería.
Lejos de la política intencionada de Michelle Obama de llevar diseñadores estadounidenses más bien desconocidos para así darles un espaldarazo y promover la moda local, la nueva primera dama no ha querido dejar atrás su gusto por la moda más canónica y europea. Para su tour por el Museo Smithsonian, con la esposa del primer ministro israelí, Sara Netanyahu,
<b> Melania llevó un sastre blanco de cashmere y peplum, esta vez de <a href="http://wwd.com/tag/karl-lagerfeld/">Karl Lagerfeld</a>. </b>
El primer ministro japonés y su esposa compartieron tiempo con el presidente Trump y su esposa en la casa de Mar-a-Lago. Sin los formalismos de las cenas de estado que se ofrecen en la Casa Blanca, este encuentro de mandatarios llevó un código de vestido tipo cóctel en el que Melania Trump eligió un traje negro de encaje a la altura de la rodilla (largo Chanel).
Para su paseo con Azie Abe, esposa del primer ministro japonés, por el Museo Morikami y los Jardines Japoneses, en Florida, la primera dama escogió quizás uno de sus looks más arriesgados desde que asumió su rol el pasado 20 de enero. Con un traje de tejido de punto blanco, liviano y muy 
<b>ceñido al cuerpo de la marca Calvin Klein, de 1,995 dólares, y un suéter a juego de la misma marca, de 1,895 dólares</b>, la primera dama dejó claro que puede olvidarse de sus tacones y llevar bailarinas planas y, aún así, lucir perfecta para una ocasión de estado.
Las escasas apariciones de Melania Trump han estado sobre todo marcadas por su desembarco en Palm Beach para pasar los fines de semana con su esposo. Y aunque lo ha hecho con gran elegancia 
<b>llevando pantalones blancos tipo palazzo y camisa de cuello negro como lo hizo el pasado 10 de febrero</b>, las expertas aseguran que su argumento para mantenerse en Nueva York no es de peso: " El argumento de que el pequeño Barron necesita acabar sus estudios es débil si se compara con otras 
<i>primeras familias</i>. Las niñas Obama empezaron su colegio en Washington DC tan pronto su padre tomó posesión del cargo. Lo mismo hizo Chelsea Clinton y Amy Carter. Lo que sorprende es que la gente parece empática ante la decisión de la señora Trump de permanecer lejos de la Casa Blanca", añade la analista Elizabeth Mehren.
Ni siquiera en sus atuendos más informales, como este de suéter azul bebé y pantalones de cuero, que llevó para ver con su marido el Super Bowl, Melania Trump desistió de llevar marcas emblemáticas de moda. 
<b>Los pantalones de la marca Row, de las famosas gemelas Mary-Kate Olsen y Ashley Olsen, y el saco de Derek Lam</b> dejaron claro que para ella toda ocasión es digna de llevar una buena pinta.
Aunque en los eventos más relevantes en términos políticos Melania ha elegido a Ralph Lauren y Michael Kors como sus aliados, en los momentos de gala no ha perdido oportunidad de mostrarle a la ciudadanía su opulento clóset. Para la gala de la Cruz Roja ofrecida en Palm Beach, Florida, 
<b>llevó este vestido fucsia de abertura central de la casa francesa Christian Dior.</b>
Melania Trump ha logrado crear imágenes emblemáticas con su estilo, como ocurrió con el traje corto rojo, de mangas amplias,
<b> de Givenchy (2,095 dólares)</b> y sus lentes oscuros en su primera aparición formal como primera dama. Además de eso, según la analista Mehren, ha logrado otra cosa: "Ella se ha mantenido al margen de cualquier tipo de controversia. No hay que olvidar que algunas de sus predecesoras empezaron sus turnos como primeras damas con una percepción negativa que les requirió mucho trabajo para ser reparada. De Melania más bien sabemos poco, sabemos que es bella, que es eslovena y que es la tercera mujer que le dice sí a Donald Trump".
Un día después de la posesión presidencial, Melania Trump asistió de la mano de su esposo al National Prayer Service en donde quiso lucir austera y respetuosa
<b> con un abrigo tipo vestido de lana negra y cinturón, acompañado de unos altísimos tacones violeta de Louboutin.</b>
Con limitaciones para escoger un diseñador estadounidense que la vistiera para el gran baile inaugural, Melania Trump 
<b>eligió a Hervé Pierre, un creador desconocido que después de trabajar durante 14 años en la casa Carolina Herrera </b>se la jugó por crear su propia firma.
Si de aciertos se trata, 
<b>el traje de aires sesenteros creado por Ralph Laurent</b> en un evidente guiño al traje que usó Jackie Kennedy para la toma de posesión de su marido en 1961, fue una manera de lograr algo que Melania vaticinó desde sus tiempos de campaña: que sería una primera dama de roles tradicionales como en su momento lo había asumido Jackie a principio de los 60.
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El rojo ha sido su mejor aliado en sus recientes apariciones. Parece que es el color con el que prefiere ser vista en público y lo ha elegido para visitar de nuevo su casa de campo en Mar-a-Lago, Florida. Recontando su armario, no es difícil reconocer que ha llevado el rojo con especial insistencia desde que su esposo está en el poder, quizás como un reclamo de protagonismo. Melania Trump suele mostrarse lejana de los tonos pasteles, favoritos por el contrario de Ivanka Trump. La primera dama prefiere enseñarse contudente, con tonos compactos y, quien sabe, hacer de eso un eco de su carácter.
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