Desde su descubrimiento hace más de un siglo, cientos de momias conservadas naturalmente encontradas en la cuenca del Tarim de China han sido un misterio para arqueólogos y científicos de todo el mundo.
Finalmente resuelven el viejo misterio de las "momias migrantes" de China
Por sus ropas, rasgos físicos y el protocolo con el que fueron enterrados, se generó entre muchos expertos la hipótesis de que los fallecidos habían venido del oeste del país, quizá de Siberia o del centro de Europa miles de años atrás.
Sus ropas, hecha de lana, fieltro y cuero, era inusual en la región. Algunos parecen tener cabello rojo o de color claro y rasgos faciales inusuales en las poblaciones asiáticas. Eso llevó a algunos a pensar que eran migrantes de Siberia o de Asia Central, indica un trabajo de la revista del Smithsonian.
Sin embargo, un análisis genómico realizado por un equipo internacional de científicos sugiere que eran indígenas que pudieron haber adoptado métodos agrícolas de grupos vecinos y que permancieron aisaldos genéticamente.
En el estudio titulado 'El origen genómico de las momias de la Edad de Bronce de la cuenca del Tarim', publicado en la revista de divulgación científica Nature, los investigadores han rastreado la ascendencia de estos primeros agricultores chinos hasta la época de los cazadores-recolectores de la Edad de Piedra que vivieron en Asia hace unos 9000 años.
El análisis supone un aislamiento genético de estos pobladores con su entorno, sin que esto les impidiera aprender a criar ganado y cultivar cereales de la misma forma que otros grupos.
El estudio revela "las formas realmente diversas en las que las poblaciones se mueven y se establecen, y cómo las ideas se pueden propagar en las poblaciones, pero también a través de ellas", de acuerdo con la científica Christina Warinner, arqueóloga molecular de la Universidad de Harvard en Boston, Massachusetts y coautora de la investigación.
Por su parte, Michael Frachetti, arqueólogo de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, asegura que el hallazgo también demuestra que el intercambio cultural no siempre va de la mano de los lazos genéticos.
“El hecho de que esas personas estén comerciando no significa necesariamente que se casen o tengan hijos”, expresa Frachetti en la publicación.
Algunos de ellos pensaron que los restos pertenecientes a la Edad del Bronce eran de migrantes de miles de kilómetros que habían traído sus prácticas agrícolas a la zona.
Un entorno "hostil" que ayudó a su conservación
Las momias descubiertas a principios del siglo XX (1900) en cementerios del desierto de Taklamakan de China, los cuales pertenecieron a la cultura Xiaohe, fueron encontradas en "uno de los lugares más hostiles de la Tierra", de acuerdo con Alison Betts, arqueóloga de la Universidad de Sydney en Australia.
Si bien los cuerpos habían sido enterrados en ataúdes con forma de barco y envueltos en piel de ganado, fue el ambiente cálido, árido y salado del desierto lo que ayudó a preservarlos en perfectas condiciones, pues conservaron desde el cabello hasta la ropa totalmente intacto.

Antes del último estudio, “sabíamos muchísimo sobre estas personas, físicamente, pero no sabíamos nada sobre quiénes eran y por qué estaban allí”, señala Betts en la publicación.
Las momias permanecieron enterradas durante un período de 2000 años o más y datan de un momento significativo en la historia de Xinjiang, justo cuando estas comunidades estaban pasando de ser cazadoras-recolectoras a agricultoras, explicó la científica de la Universidad de Sidney.
Desconcierto científico y teorías enigmáticas alrededor de las momias
El hecho de que los cuerpos fueran enterrados en ataúdes en un desierto inhóspito, durante mucho tiempo desconcertó a científicos e inspiró diversas teorías que suponían un origen enigmático.
También, el hallazgo de mijo, trigo, huesos de animales y productos lácteos, evidencia de tecnologías agrícolas y pastorales características de culturas en otras regiones de Eurasia, llevó a los investigadores a plantear la hipótesis de que estas personas eran originalmente migrantes occdidentales, que habían pasado por Siberia, Afganistán o Asia.

Sin embargo, la investigación reveló que este grupo de pobladores permaneció aislado genéticamente, y aunque el duro entorno de la cuenca del Tarim pudo haber servido como una fuerte barrera para el flujo de genes en la región, no fue una barrera para el flujo de ideas o tecnologías.
Esto, debido al desarrollo en la cuenca producto de innovaciones extranjeras, como el pastoreo de productos lácteos y la agricultura de trigo y mijo, que formaban parte de la base económica del Tarim durante la Edad del Bronce.
Sin embargo, en contraste con su marcado aislamiento genético, las poblaciones de la cultura Xiaohe eran cosmopolitas, incorporando diversos elementos económicos y tecnologías con orígenes lejanos.
"A pesar de estar genéticamente aislados, los pueblos de la Edad del Bronce de la cuenca del Tarim eran cosmopolitas desde el punto de vista cultural: construyeron su alimentación e torno al trigo y los lácteos de Asia occidental, el mijo de Asia oriental y plantas medicinales como la efedra de Asia central", dice Christina Warinner en un reporte publicado por la Max Plank Society.
Mira tambi´én:











“Earth 300 se concibe como un plataforma de tecnología extrema para la ciencia, la exploración y la innovación en el mar. Incorpora, inteligencia artificial y computación cuántica”, se lee en un comunicado de la compañía responsable del proyecto.