Entre neandertales y sapiens hubo sexo, pero poco amor, y solo una de las dos especies sobrevivió

Neandertales y sapiens compartimos el mundo durante 100,000 años. Ahora sabemos que hubo encuentros que produjeron descendencia híbrida. Solo una de las dos especies sobrevivió.

Por:
Javier Baena Preysler y Concepción Torres Navas .
Las huellas de dinosaurios de 113 millones de años han sido expuestas al fondo del río Paluxy en Texas, donde expertos cuentan que se trata de un Acrocanthosaurus, un dinosaurio carnívoro de siete toneladas con dos patas y brazos pequeños similares a aquellos del T-Rex. Sigue las últimas noticias en Univision.
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La relación entre los neandertales y los primeros sapiens despierta apasionantes debates. Un enfrentamiento entre ambas especies, una “guerra” de 100,000 años, el tiempo que duró la convivencia en el planeta, con una victoria para los nuestros, ha sido la interpretación más aceptada durante mucho tiempo. Hoy sabemos que además de la posible hostilidad de los sapiens, hubo otros enemigos en la contienda.

La derrota de los neandertales, la extinción de la última especie “hermana”, pudo deberse a cambios climáticos, quizá a su propia condición anatómica, incluso a los efectos de una epidemia que les diezmara. Los nuevos registros arqueológicos y los avances en la comprensión de nuestro genoma han transformado por completo el modo en que ahora podemos contar nuestra historia junto a los neandertales.

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Europa central: el territorio compartido por ambas especies

La densidad de población en Eurasia, a lo largo del Pleistoceno superior, hace unos 129,000 años, debió ser muy pequeña. No es una mera cifra, sino que atiende a las posibilidades de encuentro que pudieron darse en el pasado entre ambas comunidades. Ellos y nosotros éramos muy pocos.

Carecemos de datos fiables durante el Paleolítico medio, pero sí del inicio del Paleolítico superior (Auriñaciense), momento en que se estima en Centroeuropa una población de entre 900 y 3,800 personas. Es decir, por toda Europa central se repartían los habitantes de lo que hoy podría ser un pueblo pequeño. La densidad de población era ínfima.

Sumemos a la escasa densidad de población que los lugares de residencia (cuevas, abrigos o cauces fluviales) se reutilizaban de manera reiterada por los mismos grupos a lo largo del tiempo. Así, las posibilidades de contacto entre ambas especies debieron ser muy escasas.


Hubo más encuentros de lo esperado

Entre neandertales y sapiens hubo más encuentros de los que parecían probables, y no solo hubo competencia.

Los expertos lograron secuenciar el ADN neandertal en restos humanos como los de El Sidrón (Asturias), Vindija (Croacia) o Mezmaiskaya (Rusia), y pudimos empezar a establecer comparaciones con el ADN de poblaciones modernas, así como con los primeros sapiens que llegaron a Europa.

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La importancia de la secuenciación ha culminado recientemente con la concesión del Nobel de Medicina a su pionero, Svante Pääbo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania. Esta comparación confirma que la relación entre estos grupos humanos fue más frecuente de lo pensado. Igualmente, resulta contradictorio que distintas especies pudiesen tener descendencia común. Pero hoy sabemos que en nosotros hay una carga genética de entre un 1% y un 4% de ADN neandertal, aunque no todos los sapiens muestran huella de hibridación como sucede con las poblaciones africanas.

En 2018 se dio a conocer el hallazgo de los restos de una niña, hija de una mujer neandertal y un hombre denisovano, que confirmó que el mestizaje fue un proceso viable e indiscriminado.

Recientemente los restos humanos de los yacimientos de Bacho Kiro, en Bulgaria, y Zlatý kůň, en Chequia han confirmado que los contactos se produjeron con frecuencia.

Por el momento, los encuentros debieron estar limitados a contextos geográficos y cronológicos concretos. Sabemos que, al menos, pudieron producirse en los montes Altai de Siberia hace unos 100,000 años, en Próximo Oriente cerca de los 60,000 años y ya en centro Europa alrededor de los 40,000 años, y todo ello en base a registros genéticos de sapiens y neandertales.

La “amorosa” relación entre especies debió restringirse a la integración de individuos aislados dentro de grupos ajenos. Los procesos de selección cultural en la descendencia debieron esculpir nuestra limitada carga genética neandertal.

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Similares pero no iguales

Solemos olvidarnos de la importancia que tiene la cultura como diferenciadora entre los grupos humanos. Aunque no se reconocieran como especies distintas, sí debieron considerarse diferentes tal y como su cultura material lo indica.

Por ejemplo, hace unos 300,000 años, los primeros sapiens elaboraron una industria idéntica a los neandertales pero la cambiaron en poco tiempo hasta estándares muy complejos. Sin embargo, los Homo neanderthalensis la mantuvieron sin apenas cambios hasta su extinción. Igualmente, aun asumiendo que la simbología y el arte formaran parte de la riqueza cultural de los neandertales, su generalización y expresión no es en absoluto asimilable a la de los sapiens, y ello sin descartar la autoría sapiens fruto de una temprana llegada a occidente.

A lo largo de los últimos 100,000 años en los que se establecen contactos entre estas especies, la cultura de los neandertales parece sin duda la gran triunfadora. Esta industria neandertal, conocida como Musteriense, se registra en los yacimientos europeos sin apenas variación desde los 300,000 años. De hecho, la hibridación cultural que se produce en Próximo Oriente confirma el relativo triunfo de los modos de producción de utillaje de los neandertales frente a los propios de los sapiens.

¿Puede considerarse esto un dominio de una especie sobre otra? Es posible que la situación sociodemográfica condicionara una respuesta cultural en favor de los neandertales, pero la flexibilidad y plasticidad de los sapiens pudo ser la clave de esta absorción del musteriense durante el periodo en que ambas especies entraron en contacto a lo largo de unos 5,000 años.

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Frente a un marcado sentimiento territorial en los neandertales, quizá los sapiens modelaron la ocupación del mismo territorio con mayor movilidad agotando paulatinamente los recursos tradicionales de sus parientes.

Una batalla ganada de antemano

Los neandertales fueron capaces de adaptarse a cambios climáticos muy duros y de explotar ambientes y recursos muy variados con una tecnología compleja.

Quizá fue su inmovilismo cultural sumado a las nuevas condiciones creadas por la esporádica y quizá temprana llegada de los sapiens a Eurasia lo que determinó su paulatina disolución en favor de éstos, capaces de llevar a cabo migraciones ágiles y adaptaciones al medio con mayor flexibilidad.

Fue una “guerra” lenta pero ganada de antemano. No es fácil saber si los últimos grupos neandertales fueron conscientes de su propia extinción, dejando sus huellas en reductos aislados.

Este conflicto entre especies derivó en sexo, pero parece que con poco amor. De otro modo el ADN neandertal estaría mucho más presente en los grupos humanos que evolucionaron en Europa.

Javier Baena Preysler, Catedrático de Prehistoria, Universidad Autónoma de Madrid y Concepción Torres Navas, Investigadora postdoctoral Prehistoria, Universidad Autónoma de Madrid

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Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

La excavación del cráneo de un mamut encontrado en el estado de Puebla, al centro de México. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) notificó este miércoles sobre hallazgo de este mamut, que vivió “por lo menos” hace 10,000 años.
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<br>La persona encargada de preparar más fosas en el cementerio municipal de Los Reyes de Juárez se “topó con lo que creía era una raíz, pero al empujar saltaron decenas de fragmentos que parecían ser huesos de tamaño y peso considerable”, 
<a href="https://www.inah.gob.mx/boletines/10708-especialistas-del-inah-confirman-el-hallazgo-de-restos-de-un-mamut-en-puebla"><u>según un boletín</u></a> del INAH.
Especialistas trabajando en el área donde fueron encontrados los restos del mamut. 
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<br>El biólogo mexicanoIván Alarcón Durán acudió al sitio para hacer la inspección y verificó que se trataba de “huesos de megafauna del Pleistoceno”, 
<a href="https://www.univision.com/noticias/ciencia/proyecto-cientifico-colossal-busca-revivir-al-mamut-lanudo-genetica-ciencia"><u>animales de gran tamaño que existieron hace 10,000 años</u></a>.
“Entre las filas de tumbas y el olor a crisantemos, se pudo recuperar una defensa (
<a href="https://www.biodiversidad.gob.mx/biodiversidad/EdHielo/mamutColumbia"><u>también conocida como colmillo</u></a>) casi completa, con una medida inicial de 2.90 metros”, explica el boletín del INAH.
También se halló la segunda defensa (que fue rota por la máquina operada por el empleado del cementerio), el cráneo fragmentado, el 70 % por ciento de la pelvis y algunos restos de costillas. "La más completa de estas conserva un 60 % de su tamaño original", explica el INAH.
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Un esqueleto de 
<a href="https://www.biodiversidad.gob.mx/biodiversidad/EdHielo/mamutColumbia"><u>mamut colombino</u></a>, una especie que habitó centro y norteamérica. Esta expuesto en el Museo George C. Page de Los Ángeles, California.
“Para evitar el deterioro del hueso, el cráneo se sacó inmerso en un cuadro de sedimento endurecido y será cuidadosamente limpiado en laboratorio para su posterior análisis”, explicó el INAH sobre el hallazgo.
En las capas de tierra donde se hallaron los huesos del mamut el especialista identificó estratos de travertinos. Esta es una roca sedimentaria de dureza considerable que se forma con carbonatos de calcio. Indican la presencia de fuentes de agua, como lagos o ríos subterráneos, según explica la Agencia EFE.
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Carlos Castañeda, investigador de la Universidad Autónoma de Puebla, colaborará con el INAH realizando estudios de polen. Estos “permitirán reconstruir el paleoambiente donde ahora se encuentra el nuevo panteón municipal", detalló la institución.
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En el lugar donde ahora se construye el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, municipio de Zumpango, Estado de México, también se han encontrado decenas de esqueletos de mamuts, camellos, caballos y bisontes. 
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<br>Es el descubrimiento paleontológico más importante en América Latina por concentración de individuos, en pleno centro de México. 
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Las piezas óseas del hallazgo en México fueron trasladadas a los laboratorios del Centro INAH Puebla, donde son atendidas para su conservación y estudio.
<b>En video: Un mamut de hace 17,000 años pudo darle la vuelta al mundo dos veces caminando </b>
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<br>Un estudio publicado por la revista Science sugiere que un mamut lanudo que vagó por Alaska hace 17,000 años cubrió suficiente terreno en sus 28 años de vida para casi dar la vuelta al mundo dos veces, según un análisis de sus colmillos.
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La excavación del cráneo de un mamut encontrado en el estado de Puebla, al centro de México. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) notificó este miércoles sobre hallazgo de este mamut, que vivió “por lo menos” hace 10,000 años.

La persona encargada de preparar más fosas en el cementerio municipal de Los Reyes de Juárez se “topó con lo que creía era una raíz, pero al empujar saltaron decenas de fragmentos que parecían ser huesos de tamaño y peso considerable”, según un boletín del INAH.
Imagen Instituto Nacional de Antropología/EFE
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