En medio de las movilizaciones en todo el país por el muerte de George Floyd, un hombre negro asfixiado por un policía blanco en Minneapolis, el presidente Donald Trump ha agravado la ira de muchos llamando a los manifestantes "matones" miembros de la "izquierda radical", además de amenazar con sacar el ejército a las calles para "dominar las protestas".
La agresiva estrategia del gobierno federal para "dominar las protestas" por la muerte de George Floyd
Ante las manifestaciones que vive el país, el Departamento de Justicia ha activado a agencias federales para "dominar las protestas" persiguiendo a los manifestantes violentos, esos que el presidente Trump ha calificado como "terroristas internos".

Mientras el presidente tuitea, el fiscal general William Barr ejecuta. Las múltiples tropas desplegadas en diferentes puntos, así como agencias federales que han pasado a vigilar y encausar a los manifestantes, lo hacen bajo sus órdenes.
La imagen de Barr el lunes a las afueras de la Casa Blanca dieron la vuelta a todo el país. En ella se veía al alto funcion ario supervisando cómo los agentes de varias agencias federales y del Servicio Secreto custodiaban las zonas frente a la residencia presidencial y contenían a los cientos de manifestantes que se concentraban allí por tercer día consecutivo.
Ese día Barr fue quien dio la orden de despejar Lafayette Square y sus alrededores para que Trump pudiera caminar hasta la iglesia de Saint John para tomarse una foto, en una acción que terminó de inflar la ira de los manifestantes.
Ahora, con el fin de enjuiciar con más fuerza a quienes sean acusados de actos de violencia y vandalismo, el fiscal general ha puesto a las fuerzas federales en función de apoyar a las autoridades locales a controlar las calles y acabar con los disturbios.
Bajo cargos federales
Dos hombres de Minnesota fueron acusados por fiscales federales el martes de incendio premeditado de un edificio de oficinas de la corte. El caso es parte de la estrategia del Departamento de Justicia de impulsar en cortes federales las investigaciones y los enjuiciamientos por violencia y vandalismo.
Según una denuncia penal reseñada por el diario The Washington Post, Garrett Patrick Ziegler, de 24 años, y Fornandous Cortez Henderson, de 32, fueron acusados este martes por presunto incendio provocado y posesión de cócteles molotov, al ser encontrado un juego de llaves de su auto cerca de la escena.
Al quedar bajo jurisdicción federal y de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) se pueden buscar sentencias más duras contra los manifestantes que las que se podrían imponer en cortes locales.
Al igual que la ATF, otras agencias federales también han sido llamadas para lidiar con las protestas.
La Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) ha recibido un permiso especial para investigar más allá de los delitos relacionados con drogas e investigar posibles delitos relacionados con las protestas, como indica un memorandum interno del jefe interino de la agencia, Timothy Shea, del que primero informó Buzzfeed News.
De acuerdo con el documento, la autorización otorgada por el Departamento de Justicia tiene una duración de 14 días durante los cuales la DEA podrá llevar a cabo una "vigilancia encubierta" y compartir información de inteligencia con funcionarios estatales y locales, así como patrullar lugares públicos y realizar arrestos por delitos no relacionados con drogas, según lo consideren oportuno los funcionarios.
Patrullaje contra el "terrorismo interno"
No es común que los agentes federales sean destinados a investigaciones de delitos comunes, pequeños actos vandálicos y menos a hacer función de patrulla callejera.
Barr ha presionado a las agencias para que desempeñen estas tareas con el objetivo de poner fin a lo que llamó la semana pasada "terrorismo interno".
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El uso del término "terrorismo" resulta muy delicado particularmente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero se ha empezado a emplear en la narrativa oficial contra las protestas de la última semana.
El presidente Trump dijo la semana pasada en tuits que catalogaría como grupo terrorista a los llamados 'Antifa', aunque es algo para lo cual no tiene la autoridad y que no se trata de una organización ni tiene estructura conocida.
La Casa Blanca no puede calificar una corriente, en este caso una amplia gama de factores identificados con la izquierda, como "terroristas" sin incurrir en una potencial violación de la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión.
Según un reporte de The Daily Beast, además de la ATF y la DEA, Barr informó a los gobernadores estatales el lunes que el Departamento de Justicia se estaba preparado para utilizar los centros regionales de lucha contra el terrorismo del FBI para compartir información con las fuerzas del orden locales sobre "extremistas" y "agitadores".
Las Fuerzas de Tarea Conjunta contra el Terrorismo (JTTF, por sus siglas en inglés) son grupos regionales que normalmente unen a agentes del FBI del área con las fuerzas del orden público estatales, locales y federales para monitorear y perseguir a sospechosos de terrorismo.
En este caso el Departamento de Justicia recurriría a ellas para "identificar a las personas en la multitud, sacarlas y enjuiciarlas".
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De acuerdo con un veterano de las JTTF, citado por The Daily Beast, se trata de un mal uso flagrante de estas fuerzas y es una señal de que la polémica 'guerra contra el terrorismo' está trascendiendo a un nuevo escenario.
Sin embargo, un funcionario anónimo citado por The Washington Post dijo que el trabajo de las JTTF para identificar actividades criminales relacionadas con las protestas no significa que la agencia haya cambiado sus reglas sobre cómo usa los poderes de vigilancia hacia los estadounidenses: las limitaciones legales en torno a las autoridades de inteligencia de seguridad nacional aún aplican, dijo el funcionario.
Pasado que se repite
Barr fue fiscal general en 1992 bajo la administración George W. Bush, cuando le tocó dirigir la respuesta ante unos disturbios en Los Ángeles que, como los actuales, protestaban contra la brutalidad policial luego de que una corte encontrara inocentes a los agentes que participaron en la paliza a Rodney King.
En aquel momento, el presidente Bush invocó la Ley de Insurrección y desplegó miles de soldados y marines para acabar con las manifestaciones, que Barr catalogó entonces como una "oportunista" actividad de pandillas y no una agitación contra la injusticia.
El Departamento de Justicia ha ordenado el despliegue de equipos especiales de control de disturbios de la Oficina de Prisiones en Washington y en Miami, a pesar de que en Miami la situación ha sido bastante más tranquila que en Washington.
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Muchos han asegurado que Barr ha cambiado la tradicional independencia del Departamento de Justicia para convertirse en un ejecutor al servicio de Trump. Su conducta durante la presentación del informe de la fiscalía especial que investigaba el llamado ' Rusiagate' que dirigió Robert Mueller disparó las especulaciones sobre ese sometimiento del fiscal general a los intereses del presidente.
Sin embargo, Stuart Gerson, quien dirigió la división civil del Departmento de Justicia durante la primera gestión de Barr y quien lo sustituyó de forma interina, asegura que quienes sospechan eso no están evaluando bien la situación.
"En todo caso, es al revés", dijo Gerson a The New York Times. "Barr es mucho más inteligente que Donald Trump. Lo que Trump le da a Bill Barr es un lienzo sobre el cual pintar. Bill tiene puntos de vista de larga data sobre cómo debe organizarse la sociedad, que ahora se pueden manifestar y actuar en un grado que nunca antes podrían haber tenido”.














