Tras el paso de Irma queda el calor: cómo la falta de luz amenaza a los ancianos de Florida

La muerte de ocho adultos mayores en un centro de rehabilitación de Hollywood ha puesto el foco en la falta de preparación de los asilos y las demás residencias para personas mayores en el estado. Aún hay 1.5 millones de hogares sin electricidad.

Eulimar Nuñez
Por:
Eulimar Núñez.
Estos son los testimonios de los residentes del edificio Robert King High Towers, ubicado en la pequeña Habana, que visitamos para conocer en qué condiciones se encontraban, cinco días después del paso del huracán.
Video Sin luz, sin aire, sin ascensores: así dejó Irma a estos adultos mayores de Miami

MIAMI, Florida.- Se suponía que lo peor ya había terminado, pero no. Para los residentes del Robert King High Towers de Miami, un edificio de 14 pisos para personas mayores en la Pequeña Habana, lo más duro no fue aguantar las fuertes lluvias y vientos que el huracán Irma trajo consigo, sino la falta de electricidad. Los días de calor sofocante en sus apartamentos de escasa ventilación, la falta de elevador y las complicaciones de salud que esto les generó.

¿Qué ha sido lo más difícil de estos días? "El calor", contesta un residente del piso 12 que prefiere no compartir su nombre. Sus riñones ya no funcionan y está volviendo de recibir tratamiento: "Acabo de venir de la diálisis y me encuentro esperando que el elevador funcione". No es el único.

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La señora Ramona de 82 años vive en el piso seis. El domingo, cuando en su casa se sentían con más fuerzas los embates del huracán Irma, se cayó en medio de la sala. Amaneció el lunes y todavía estaba tendida en el suelo, sin poder levantarse. Una de sus vecinas la encontró y llamó a los servicios de emergencia. "No me quise ir con ellos, había muy pocos hospitales abiertos. Me sentía muy nerviosa. El calor me sube el azúcar. Soy diabética y cuando me pongo nerviosa me sube todavía más. Son muchos días solita aquí, pasé sola el ciclón".

Imagen Rogerio Manzano


A Lilian Plat, las altas temperaturas la han deprimido: "El calor de aquí es un calor peor que el de Cuba. Como hay un alto nivel de humedad, uno se siente peor", dice mientras nos pasea por su apartamento del piso dos, con una sola ventana. Apenas circula el aire y ya se acumula el olor de la basura que no han venido recoger desde hace una semana.

Para otra de sus vecinas, Araceli Millán de 80 años, lo peor no fue la falta de aire sino de ascensor. Ha sufrido dos fracturas de columna, tiene las piernas hinchadas y no puede usar las escaleras. "Yo no puedo subir una bolsa de hielo seis pisos". Tiene 15 años viviendo ahí y asegura que nunca había estado tanto tiempo sin servicio eléctrico.

La muerte de ocho ancianos en el centro de rehabilitación Hollywood Hills —que obligó a la evacuación de otros 158— ha puesto el foco en cómo están siendo afectados los adultos mayores de Florida, el estado "más viejo" del país donde el 19% de la población es mayor de 65 años. Aún no sabe si murieron como consecuencia de la deshidratación o si tuvo que ver alguna otra causa; el caso está siendo tratado como una investigación criminal. Sin embargo, está comprobado que el calor empeora las afecciones de los ancianos y pone en riesgo sus vidas.

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De los 700 centros de atención para personas mayores que operan en Florida (asilos, apartamentos asequibles y comunidades para retirados), 64 continuaban sin electricidad este jueves, según datos de la Florida Health Care Association (FHCA) , la federación que representa a los hogares de cuidados de ancianos en el estado. "Trabajando de la mano con las operaciones de emergencia, nuestro equipo ha identificado esos centros con las necesidades más urgentes. Continuaremos haciéndolo hasta que ningún centro requiera de asistencia", señala un comunicado publicado por la FHCA tras la muerte de los ocho ancianos en Hollywood.

Vecinos del suroeste de Miami compartieron sus impresiones con nosotros, justo antes de que volviera la electricidad.
Vecinos del suroeste de Miami compartieron sus impresiones con nosotros, justo antes de que volviera la electricidad.
Imagen Ana M. Rodríguez

En ese número, sin embargo, no están incluidos los complejos de viviendas donde solo habita gente mayor, como el que visitamos en la Pequeña Habana. A pesar de que estas personas viven de manera independiente, también necesitan ayuda en este tipo de situaciones.

¿Por qué preocupan tanto las altas temperaturas?

Las personas mayores tienen dificultades para adaptarse a los cambios de temperatura. A veces, incluso, no tienen sensación de sed. "Se deshidratan muy rápido y si el clima está caliente, peor: no tienen forma de refrescarse, no tienen hielo, no tienen ventilación", explica María Susana Echavez, una médico internista que trabaja en distintos hogares para ancianos en el condado de Lakeland, en el centro de Florida.

"Los jóvenes se recuperan rápido, toman agua y se les quita, pero para ellos no es fácil. El calor les puede producir infartos o cambios mentales", dice.

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Las regulaciones de salud de Florida no requieren que los hogares de ancianos tengan generadores eléctricos, a pesar de que lidian con un gran número de discapacitados y adultos mayores. En las nuevas reglas que entrarán en efecto el próximo mes de noviembre, sí está incluida una cláusula que exhorta a estos centros a mantener temperaturas templadas cuando hay cortes de electricidad. Aún así, no exigen claramente que los edificios cuenten con una fuente alternativa de energía en caso de que el servicio regular falle.


Los cambios en las reglas llegan 12 años después de que 35 ancianos murieran en Nueva Orleans durante el huracán Katrina. "Entre las lecciones que aprendimos con Katrina está que la pérdida de aire acondicionado es un gran problema para los hospitales y hogares de ancianos", dijo al diario Sun Sentinel Eric Cote, director del proyecto de Powered for Patients, una organización sin fines de lucro creada para ayudar a salvaguardar y crear mejores sistemas de energía de emergencia para los hospitales y hogares de ancianos.

Mientras tanto, inquietan los pronósticos del clima. El meteorólogo Albert Martínez, del programa de Univision Ventana al tiempo, asegura que las temperaturas actuales son muy preocupantes. Sobre todo si se toma en cuenta que tanta gente continúa sin servicio eléctrico, y como consecuencia, carece de aire acondicionado o de algún otro tipo de ventilación. Según él, la humedad ayudará a que la sensación supere los 100 grados Farenheit.

Pattie Deeley tiene asma y otros padecimientos de salud que la mantienen conectada a una máquina de oxígeno. En la imagen, aguarda a que la luz regrese en su apartamento de Immokalee, Fla. Unable to cook after the storm, Deeley said she had to spend extra money buying meals after Irma.
Cynthia Hodakowski aguanta las lágrimas, mientras se pregunta cuándo llegará la ayuda en Big Pine Key, Florida.
Mary Della Ratta de 94 años aguarda en su casa sin electricidad con una linterna de baterías, días después del paso del huracán Irma por su casa de Naples, Florida. 
<b>"No sé qué hacer. ¿Cómo voy a sobrevivir aquí?"</b>.
Ramona pasó el huracán sola y al segundo día sin luz se cayó. Una vecina la encontró tirada en el suelo. Dice que con la falta de electricidad ha estado muy nerviosa. Sufre de diabetes y asegura que el calor ha contribuido a que se le suba el azúcar.
Helen Haynes pasa su tiempo en un albergue para personas con necesidades especiales, ubicado en la Florida International University.
Kudy Ann Bell colorea mientras aguarda en el mismo refugio.
Larry Dimas describe cómo el huracán Irma ocasionó daños en su casa móvil y destruyó la otra que rentaba para poder vivir, complicando aún más su situación.
Sandra McKenna le da un masaje a Segundo Garcia, mientras aguardan en un refugio.
Marlene Sulkers es escoltada por su nieta Rachel Sulkers, mientras evacúan la residencia de Rachel tras el paso del huracán Irma. Sulkers viajó de Ft. Meyers a Jacksonville en un intento por escapar de la tormenta.
Lilliam Garay sostiene a su mascota Michael antes de llevarlo a dar un paseo en el albergue del Miami-Dade County Fair and Exhibition at Tamiami Park, que acepta animales.
Cira Delia Rodriguez y su esposo Jesus Mundia esperan por un autobús tras evacuar su casa de Miami Beach.
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Pattie Deeley tiene asma y otros padecimientos de salud que la mantienen conectada a una máquina de oxígeno. En la imagen, aguarda a que la luz regrese en su apartamento de Immokalee, Fla. Unable to cook after the storm, Deeley said she had to spend extra money buying meals after Irma.
Imagen Gerald Herbert/AP
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