“Quizás el peligro más obvio de seguir los desastres climáticos en las redes sociales es encontrarse con falsedades”, afirma el Reuters Institute, un centro que explora el futuro del periodismo, en su informe “Observando el caos a través de una pantalla: cómo las redes sociales están cambiando la forma en que seguimos los fenómenos meteorológicos extremos”.
Imprecisiones, falsedades y teorías sin base: un cóctel que empeora las crisis por desastres naturales
Las catástrofes como incendios, terremotos, inundaciones, entre otras, suelen dar pie a que la desinformación tome espacios, bien por falta de claridad en las informaciones oficiales, por actuaciones deliberadas que falsean o exageran datos, o por la difusión de teorías sin fundamento.


Esa advertencia no es aislada: tras las inundaciones que azotaron a Texas a principios de julio de 2025, circuló ampliamente en redes sociales una afirmación: que dos niñas habían sido rescatadas “milagrosamente” de la copa de un árbol. Era falso.
Y hay más ejemplos: durante el huracán Helene, que afectó los estados del suroeste de Estados Unidos en 2024, también circularon falsedades, verificadas por elDetector como, por ejemplo, que solo se ofrecían 750 dólares de ayuda a los afectados o que la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) no había hecho un manejo adecuado de la emergencia.
Hay tres fórmulas con las que hemos detectado que suele difundirse la desinformación durante los desastres naturales: proporcionar datos imprecisos para la búsqueda o salvamento de víctimas, que afecta el trabajo de las autoridades; compartir datos de no verificados de fallecidos, exageraciones, “milagros” e imágenes tan asombrosas, como ficticias; y, finalmente, publicar teorías no comprobadas sobre las supuestas causas del desastre natural.
En elDetector hacemos un repaso por estos tres factores:
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Datos imprecisos / fraudes poscatástrofe
“La desinformación y los rumores suelen circular durante los desastres naturales, ya que la información es escasa y la tensión es alta”, detalla The New York Times .
Sobre los datos imprecisos, por ejemplo, el gobernador de Texas, Greg Abbott, hizo un llamado en el marco de las inundaciones a no entorpecer o retrasar la capacidad de respuesta de las autoridades. Abbott dijo el pasado 8 de julio de 2025, durante una conferencia de prensa, que: “Si haces una llamada de broma o proporcionas información falsa, eso es un delito. No proporcione información falsa porque estás obstaculizando nuestra capacidad de llevar a cabo esta investigación, obstaculizando nuestra capacidad de rescatar y encontrar a aquellos que realmente están desaparecidos ( 4:38 a 4:57)”.
Los datos imprecisos sobre la ubicación de una persona, la identidad falsa de un desaparecido, entre otros elementos, suelen ser solo una capa de la información errónea que circula durante y después de las devastaciones. La AARP, una organización sin fines de lucro que defiende los derechos de las personas de la tercera edad, advierte también sobre fraudes con donaciones para supuestas reparaciones, o personas que se hacen pasar por autoridades como FEMA, contratistas o supuestas organizaciones benéficas, para aprovecharse de la buena voluntad de quienes quiere ayudar a los afectados por un desastre natural.
Exageraciones
“Cuando la información sobre las circunstancias que rodean un evento tarda en salir a la luz, los rumores pueden empezar a propagarse rápidamente. La falta de información puede deberse a varios factores, como: no tener autorización para divulgar los datos, no haber designado a un funcionario responsable de esa información o la creencia de que la información debe estar completa para
ser divulgada y, por lo tanto, se retiene intencionadamente”, detalla el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) en una guía de 2018 para “Contrarrestar la información falsa en las redes sociales en situaciones de desastre y emergencia”.
Una constante en las desinformaciones durante los desastres naturales es que en las redes sociales, el ciudadano común, o actores interesados, suelen exagerar las cifras o las consecuencias de lo ocurrido Durante los incendios forestales de principios de 2025 en Los Ángeles, California, se difundió la falsedad de que el icónico letrero de Hollywood había sido consumido por las llamas. La afirmación, además, se apoyó en una supuesta imagen del suceso: la fotografía era una creación con inteligencia artificial (IA).
Hay poca –o nula– literatura disponible sobre la irrupción de la IA en las desinformaciones que circulan durante los desastres naturales, pero desde el trabajo que hemos hecho en elDetector, observamos que las falsedades que se apoyan de creaciones digitales para hacer ver como si se tratara de un hecho verídico, usan componentes emocionales como, por ejemplo, plantear situaciones “milagrosas”, rescates increíbles, hechos desesperanzadores, supuestas predicciones, y más.
Teorías sin fundamento
En elDetector hemos verificado distintos desastres naturales, desde inundaciones, terremotos, heladas, hasta incendios forestales. En todos ellos hemos detectado algunas teorías que son inverificables y que sugieren estar movidas por el sesgo de confirmación (cuando buscas e interpretas información que coincida con tus creencias previas) culpar a las autoridades, atribuir el hecho a causas religiosas o negar las posibles causas inherentes al cambio climático.
Algunos elementos que hemos identificado en esas teorías sin fundamento son: acusaciones generalizadas sin ninguna base que lo compruebe como serían, por ejemplo, pruebas sobre supuestos desvíos de recursos, inacción en la prevención, entre otros; mencionar “castigos divinos” como posible causa, sin que esto tenga sustento más allá de los propios preceptos; mencionar sin ninguna prueba supuestas acciones del hombre, como: incendios provocados.
Los eventos climáticos “crean un terreno fértil para la difusión de desinformación, ya que las personas están muy atentas, buscando más información y contexto, y eso facilita que actores maliciosos, o simplemente personas con menos formación en este tema, compartan falsedades, consciente o inconscientemente", afirmó Nathan Walter, profesor asociado del departamento de estudios de la comunicación de la Universidad Northwestern, a la revista TIME.
¿Qué hacer?
La Oficina para la Reducción del Riesgo de Desastres de la ONU (UNDRR, por sus siglas en inglés) advierte que cuando hay un desastre natural la desinformación corre rápidamente. “El miedo y la confusión se apoderan de todo. La desconfianza crece, el pensamiento crítico se reduce y los rumores llegan en masa”.
Ante ese escenario, existen recomendaciones básicas para evitar caer en desinformación:
- Resiste el impulso de compartir de inmediato.
- Lee el contenido completo.
- Investiga el origen.
- Revisa la fecha de publicación.
- Observa quiénes son los supuestos voceros.
- Reconoce formatos sensacionalistas o amarillistas que busquen llamar la atención.
- Reposa la emoción que te genera la afirmación, foto o video que te llegó o que viste en redes sociales.
También te recomendamos recurrir al trabajo de las unidades de verificación de datos como elDetector; enviar a nuestro WhatsApp +1 (305) 447-2910 cualquier imagen o afirmación que te genere dudas y no perderte la cobertura de los hechos más noticiosos en nuestro canal de WhatsApp.
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