Las demoras en el servicio de inmigración se convierten en un muro invisible para los inmigrantes en EEUU

Abogados y activistas se muestran preocupados por los atrasos y aseguran que los más afectados son las familias, poblaciones vulnerables y empresas estadounidenses "que dependen de adjudicaciones oportunas".

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
En algunas cortes, como las de Nueva York y Los Angeles, hoy se registraron largas filas de espera. Un abogado de inmigración nos dijo que es muy importante que los que tengan una cita vayan a la corte ya que los que no asistan podrían recibir una orden de deportación en ausencia.
Video Las cortes de inmigración en EEUU vuelven a operar en medio del caos

Las demoras en los tiempos de procesamiento de trámites del servicio de inmigración tienen alarmados a inmigrantes, abogados y activistas. En algunos casos, gestiones que antes no demoraban más de seis meses, ahora la espera puede llegar hasta los 30 meses y más y no hay garantías de que el sistema mejore en el corto plazo.

En julio del año pasado Univision Noticias reportó que el trámite para la ciudadanía (Formulario N-400 demoraba entre 10.5 y 20 meses, dependiendo de la ubicación de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) que tramitaba la solicitud:

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  • Queens, NY: 11 - 15 meses.
  • N. Orleans, LA: 12.5 - 18.5 meses.
  • Las Vegas, NV: 12.5 - 16.5 meses.
  • Boston, MA: 6 - 14 meses.
  • Miami, FL: hasta 21 meses.

Seis meses más tarde, los tiempos de espera en general se mantienen, y en algunos casos aumentó el tiempo mínimo para la resolución de un caso de naturalización. Pero en la oficina de Las Vegas, por ejemplo, la espera se extendió de un máximo de 16.5 meses a 31 meses, un aumento del 88%:


  • Queens, NY: 10.5 - 22 meses.
  • N. Orleans, LA: 14.5 – 21 meses.
  • Las Vegas, NV: 15.5 – 31 meses.
  • Boston, MA: 6.5 - 19 meses.
  • Miami, Florida: hasta 22.5 meses.

Demoras ‘injustificadas’

Abogados de inmigración consultados por Univision Noticias califican las demoras registradas en la USCIS de “injustificadas” y advierten que los afectados, en algunos casos, corren el riesgo de ser arrestados y expulsados del país.

“Hemos notado lo que está pasando, hay muchas demoras que antes no existían”, dice Margot Cowen, una abogada de inmigración que ejerce en Phoenix, Arizona. “No creemos que se trate de un plan específico por parte del gobierno para retrasar las gestiones, y que la gente de desanime y no siga adelante con su aplicación”, agregó.

Pero “cuando una persona tiene una petición pendiente y debe documentar su estado migratorio, pero debe esperar mucho tiempo, entonces corre el riesgo de ser detenida y sufrir consecuencias. Le pueden abrir un proceso para echarlos”, indicó.

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Un caso frecuente citado por Cowen corresponde a la petición de un hijo por parte de un ciudadano estadounidense. “Estos procesos, en otras épocas, eran cuestiones en las que no se necesitaba mucho tiempo para procesarlas”, dijo.

Cowen añadió que “el trámite que se hacía era para verificar la relación de la persona y no requería nada de tiempo para ver si el acta de nacimiento era válida, si lleva el nombre de la madre y esas cosas. No requería de mayor estudio, pero ahora estamos viendo que este tiempo de proceso que antes era fácil, ahora demora seis, ocho o 10 meses para recibir una respuesta”.

“Creo que han construido un muro de contención hecho sobre la base de cero discreciones en la USCIS”, dijo Cowen. “Estamos viendo un crecimiento de contención de casos para, sencillamente, demorarlos”, apuntó.

“Política errática”

Activistas y organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes también se muestran preocupados por los atrasos en la resolución de casos.

En mi experiencia, aquí en nuestra oficina de Los Ángeles, California, los trámites se han estado tardando en promedio un 50% más que en los tiempos del presidente (Barack) Obama”, dice Juan José Gutiérrez, director ejecutivo del Movimiento Latino USA.

“Lo que antes era como mínimo seis meses, ahora como mínimo la USCIS se demora 9 a 10 meses en un caso de ciudadanía”, agregó. “Pero no en todos los estados las esperas son similares y tampoco no en todas las oficinas las demoras crecieron tanto como señalan algunos”, apuntó.

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Estrategia bajo la lupa

A la pregunta respecto a las razones del aumento de las esperas, el activista dijo que “simplemente se debe a una estrategia errática que sigue el presidente (Trump) con su política migratoria de ‘tolerancia cero’”.

“Mire, él (Trump) hace declaraciones antiinmigrantes y eso causa que la burocracia encargada de darle curso a los trámites del público asuma que se le está ordenando que haga las cosas de una manera más complicada en vez de cumplir con su labor de manera eficiente”, señaló.

“Nosotros creemos que el primer paso en esta nueva política (que arrancó cuando Trump llegó a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017) fue alargar innecesariamente los trámites migratorios”, indicó Gutiérrez.

A las demoras hay que agregar que, a mediados de noviembre del año pasado la USCIS extendió la capacidad de sus agentes para negar trámites o cancelar visas, y enviar Notificaciones de Comparecencia (NTA, por su sigla e inglés) y que los afectados defiendan sus permanencias en el país en las cortes de inmigración, una medida que forma parte de del Memorando de Políticas fechado el 28 de junio de 2018.

Qué dice la USCIS

La USCIS reconoce demoras en los trámites. Pero lo atribuye a “muchos factores relacionados con los casos de cada individuo”, dice Michael Bars, portavoz de la agencia federal.

Bars asegura que los méritos de cada caso en particular “pueden afectar los tiempos de procesamiento”, y que las esperas “ a menudo, se deben a tasas de solicitud más elevadas en lugar de un procesamiento lento”.

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En respuesta al aumento en el número de casos, “USCIS ha implementado una serie de reformas operativas y de procesos, ha contratado personal adicional y expandió sus instalaciones para garantizar que su capacidad de adjudicación se mantenga al ritmo de la demanda sin precedentes de sus servicios en los últimos años”, agregó el vocero.

La agencia indica además que “cuando sea posible, los casos se completan dentro de los objetivos de procesamiento estándar de la agencia”. Y añade que la petición de beneficios se lleva a cabo “de la manera tan efectiva y eficiente como sea posible, de acuerdo con todas las leyes, políticas y regulaciones aplicables”.

En respuesta al crecimiento de demanda de servicios, la USCIS señala que para reducir los tiempos de espera se reabrieron tres nuevas oficinas de campo y amplió otras diez en un esfuerzo por aumentar el procesamiento y la capacidad de las solicitudes de naturalización y otros beneficios.

“La agencia también está abriendo un nuevo centro de servicio en Dallas, Texas”, agregó. Y entre 2012 y 2017 “la fuerza laboral de USCIS, incluidos funcionarios de adjudicación, creció un 38% para mantenerse al día con las demandas de servicios”, apuntó.

El informe de AILA

La Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) también se muestra preocupada por las demoras. Un informe publicado en su página digital revela que los atrasos impactan los procesos y adjudicación de visas, demoras que en algunos casos “están perjudicando a las familias, poblaciones vulnerables y empresas estadounidenses que dependen de adjudicaciones oportunas".

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El estudio añade que en 2018 “el tiempo promedio de procesamiento de casos por parte la USCIS fue un 46% más largo que en 2016. El año pasado, sin embargo, el tiempo de procesamiento registró un aumento del 91% frente al promedio registrado en año anterior, advierte.

Los cálculos, señala la asociación, fueron hechos en base a un análisis de los datos publicados recientemente por la USCIS.

AILA asegura que las demoras se encuentran en niveles de “crisis”, y cita como ejemplo los casos de inmigrantes especiales sobrevivientes de abuso doméstico o menores abandonados que someten el Formulario I-360, para obtener un estado de inmigración legal en Estados Unidos.

Las esperas para la resolución de ese tipo de casos “ se ha triplicado entre los años 2016 y 2018”, denuncia AILA.

Aumento desde Obama

Una revisión de las estadísticas publicadas por la USCIS muestra que el aumento en el número de peticiones de beneficios migratorios no es reciente. Durante el segundo gobierno de Obama (2013-2017) la agencia comenzó a experimentar un crecimiento de solicitudes de beneficios (visas, permisos de trabajo, ciudadanías, ampliaciones de estadía, residencias legales permanentes, asilo, etc.) que sobrepasó su capacidad de respuesta.

Al término del tercer trimestre del año fiscal 2018, la USCIS tenía acumulados 5,655,769 casos de los trámites más frecuentes (peticiones familiares, permisos de trabajo, asilos, TPS, DACA y ciudadanías) frente a los 5,481,899 registrados a la misma fecha del año fiscal 2017 y los 4.11,673 del año fiscal 2016.

<b>Océano Pacifico.</b> La cerca que nace en el mar, entre Tijuana y San Diego, se interrumpe abruptamente después de 12 millas, al comienzo de las montañas al este de ambas ciudades.
<b>Montañas Otay, California.</b> La primera gran barrera natural que dificulta la construcción del muro. Al este de Tijuana y San Diego, la frontera está abierta a lo largo de varios grupos de formaciones montañosas.
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<b>Tecate - Mexicali. </b>Hacia el oeste, Tecate es la siguiente ciudad fronteriza desde Tijuana. Allí se levanta una barrera peatonal que se interrumpe abruptamente después de la zona urbana y se retoma en las zonas menos montañosas. En las zonas más planas y desérticas existe una pequeña barrera metálica, que impide el paso de autos.
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<b>New River, Calexico, California.</b> La barda peatonal se interrumpe sobre el Río Nuevo, que atraviesa la línea fronteriza entre Calexico, California y Mexicali, Baja California. Es considerado uno de los ríos más contaminados del país, sin embargo muchos migrantes cruzan la frontera por sus aguas.
<b>Dunes, California. </b>Al este de Mexicali, frontera con el sudeste de California, comienza una zona desértica que se extiende por el sur de Arizona. Allí la arena de las dunas debe ser removida periódicamente para que no entierren la barda.
<b>Desierto de Sonora.</b> Alrededor de Yuma, en Arizona, hay zonas donde el desierto se hace más arenoso y complicado, y no existe ninguna división en la frontera. Algunos tramos están protegidos por una pequeña valla diseñada para que no pasen vehículos.
<b>Nogales.</b> A lo largo de Arizona la línea de la frontera se dirige hacia el sur a través del desierto. La siguiente ciudad es Nogales, que tiene una parte en México y la otra en EEUU. Allí la barrera cambia de la barda peatonal en el área urbana a la pequeña verja para vehículos en las zonas más remotas.
<b>Huachuca Mountains, Arizona</b>. La línea de frontera continúa ahora hacia el este. Allí el desierto se interrumpe en la línea fronteriza por una cadena de montañas. La fotografía fue tomada en el parque Montezuma Pass, justo en la línea de la frontera donde no hay ninguna división.
<b>Douglas, Arizona.</b> La barda para vehículos continúa hacia el este hasta la zona urbana de Douglas, Arizona, donde es peatonal, pero se interrumpe en las áreas montañosas.
<b>El Paso – Ciudad Juárez. </b>La línea fronteriza cambia de Arizona a Nuevo México en Estados Unidos y de Sonora a Chihuahua en México. Es una zona semidesértica con varias millas sin ninguna barrera fronteriza, hasta llegar a El Paso–Ciudad Juárez, una gran zona urbana dividida por una barrera peatonal que se interrumpe abruptamente cerca de Fort Hancock, Texas. Es el comienzo de la frontera a través del Río Bravo (para los mexicanos) o Río Grande (para los estadounidenses).
<b>El Río Grande (o Río Bravo).</b> Desde Ciudad Juárez hasta salida al mar en el Golfo de México, la línea divisoria la establece el Río Grande, o Río Bravo, que nace en Colorado, Estados Unidos. La fotografía es de una parte del río, sin barreras de ningún tipo, en Ojinaga, México.
<b>Langtry, Texas.</b> El curso del río continua su dirección sureste, sin barreras. La fotografía fue tomada cerca de Langtry, Texas, un antiguo pueblo de la frontera entre los dos países.
<b>Piedras Negras. </b>Siguiendo el recorrido del río por la frontera se encuentra Piedras Negras. En la fotografía de 2006, varios inmigrantes cruzan el Río Bravo hacia Estados Unidos en Piedras Negras, Estado de Coahuila, México.
<b>Nuevo Laredo. </b>Continuando hacia el sureste está Laredo, Texas, y Nuevo Laredo, Tamaulipas. En la zona urbana el río está dividido por una barda que se interrumpe en las zonas remotas.
<b>Havana, Texas</b>. Continuando la línea fronteriza, un pequeño pueblo cerca del río, sin ninguna división.
<b>Mision, Texas.</b> Un hombre pasa al lado mexicano del Río Bravo, luego de lavar su caballo del lado estadounidense.
<b>Reynosa, Tamaulipas. </b>En esta ciudad mexicana de la frontera, un puente internacional cruza el Río Grande. Por debajo del puente el río cruza sin divisiones.
<b>Tamaulipas – Texas</b>. El Río Grande o Río Bravo serpentea en dirección sureste en su viaje al Atlántico.
<b>McAllen, Texas. </b>La ciudad fronteriza estadounidense tiene una valla peatonal en la zona céntrica, que se interrumpe en las áreas remotas.
<b>Brownsville – Matamoros. </b>Un puente internacional sobre el río, en la zona urbana Brownsville, Estados Unidos, Matamoros, México, a pocas millas del océano Atlántico.
<b>Océano Atlántico.</b> La salida al mar del Río Grande en el golfo de México es en una playa visitadas por bañistas, en el Parque Nacional Boca Chica. No tiene ninguna barrera que entra al mar, como la barda de Tijuana.
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Océano Pacifico. La cerca que nace en el mar, entre Tijuana y San Diego, se interrumpe abruptamente después de 12 millas, al comienzo de las montañas al este de ambas ciudades.
Imagen MARIO VAZQUEZ/Getty Images
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