¿Quiénes son los corruptos entre nosotros?

"Quisiera aclarar que no existe una proclividad nacional o cultural a la corrupción. Los niños daneses no son genéticamente más propensos a un comportamiento público correcto que los niños y niñas haitianos. La corrupción es un comportamiento aprendido, y lo que se puede aprender se puede olvidar". (Read this column in English)

John Feeley
Por:
John Feeley.
"La corrupción pública ha sido durante mucho tiempo un triste elemento básico de la mayoría de las clases políticas y económicas latinas".
"La corrupción pública ha sido durante mucho tiempo un triste elemento básico de la mayoría de las clases políticas y económicas latinas".
Imagen CRIS BOURONCLE/AFP/Getty

El covid introdujo en el mundo el término y la práctica del distanciamiento social. Para todos, excepto para los más introvertidos de nosotros, se convirtió en un odioso ejercicio de solidaridad pública, necesario para aplanar las curvas de transmisión y permitir que las vacunas les devolvieran lentamente a las sociedades cierta apariencia del estilo de vida comunitario que la mayoría de la gente tanto extraña.

PUBLICIDAD

Habiendo experimentado ahora el dolor y la frustración reales del distanciamiento y el aislamiento social, las sociedades latinoamericanas deberían quizás considerar la perversa utilidad que esta práctica podría tener en la lucha contra la corrupción pública, especialmente entre las pequeñas élites autorreferenciadas de la región.

La corrupción pública ha sido durante mucho tiempo un triste elemento básico de la mayoría de las clases políticas y económicas latinas y uno de los grandes lastres del desarrollo latinoamericano. Es notablemente tenaz y difícil de erradicar. En las últimas décadas, grupos como Transparencia Internacional han utilizado admirablemente la lógica de poder blando de "nombrar y avergonzar" para señalar la lacra de la corrupción mediante las calificaciones anuales de los países.

El gobierno y las agencias de desarrollo de donantes y los bancos multilaterales de desarrollo han impuesto acertadamente estrictos criterios anticorrupción a los beneficiarios de la ayuda. No obstante, no es suficiente. La tentación de unos pocos de aprovecharse de los recursos públicos y privar a los muchos de carreteras, clínicas, escuelas, acceso a la banda ancha y educación — todos ellos víctimas constantes de la corrupción pública en las Américas — parece tan arraigada en el hombre como lo ha estado siempre.

Quisiera aclarar que no existe una proclividad nacional o cultural a la corrupción. Los niños daneses no son genéticamente más propensos a un comportamiento público correcto que los niños y niñas haitianos. La corrupción es un comportamiento aprendido, y lo que se puede aprender se puede olvidar. Hay que olvidar la corrupción como práctica de facto de los funcionarios para que los ciudadanos se beneficien plenamente de los bienes y servicios que deben ofrecer los gobiernos democráticos.

PUBLICIDAD
Mi último noticiero
Jorge Ramos

“Al decir esta noche mis últimas palabras en el noticiero, me quedé pensando en todo lo que me queda por delante. Después de todo, los periodistas nunca se retiran. Estamos condenados toda la vida a perseguir noticias, a perseguir lo nuevo”. <br/>

Mi último noticiero

Opinión
8 mins
Inventando otro Macondo
Jorge Ramos

“El reto de la serie era, en el mejor de los casos, complementar al libro y dar una visión, entre millones, de cómo era la vida en Macondo. Y lo logra. Agradezco las narraciones tomadas íntegramente del libro y las magníficas actuaciones marcadas por las páginas más que por las improvisaciones”.

Cómo vencer a Trump
Jorge Ramos

<b>“</b>En la cabeza de Trump todo conspira para demostrar su poder. Ganó la elección y el voto popular, se desvanecen los juicios en su contra, y legalmente se siente protegido para hacer lo que se le pegue la gana. Se siente en el tope. Es en este contexto que Trump amenazó con la imposición de aranceles contra México, Canadá y China”.

Cómo vencer a Trump

Opinión
5 mins
En México nadie sabe cómo
Jorge Ramos

<i>“Duele pero hay que decirlo: en México nadie sabe cómo detener la violencia. Si lo supieran, ya lo hubieran intentado. Lo que hemos visto desde la época de Felipe Calderón, cuando se declaró la guerra contra los narcos, son distintos experimentos -todos fallidos- para enfrentar la violencia”.</i>

La cruel y tonta idea de las deportaciones masivas
Jorge Ramos

<i>“Causarán un daño irreparable a miles de familias y a la economía estadounidense. No se trata de expulsar a los indocumentados sino de integrarlos a este país. Sería mucho más barato y efectivo. Pero Trump y sus asesores solo se oyen a sí mismos”.</i>

Trump: una amenaza para México
Jorge Ramos

“Hay mucho que negociar antes que Trump tome posesión el 20 de enero. Pero el peligro de deportaciones masivas, aranceles y hasta de operaciones militares en su territorio ha puesto en alerta a la nueva presidenta de México. Sheinbaum y Trump ya hablaron y se dijeron esas cosas huecas que se dicen los presidentes por teléfono”.

Y si los latinos deciden la elección…
Jorge Ramos

“La realidad es que cada vez hay más votantes latinos. Este año hay 36.2 millones de hispanos elegibles para votar, casi cuatro millones más que en 2020, según el centro Pew. Y aunque no todos van a salir a votar, los que lo hagan serán suficientes para definir quién será el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos”.

El enemigo perfecto
Jorge Ramos

“Gane quien gane la elección en Estados Unidos, las cosas van a empeorar para los recién llegados. Los inmigrantes son el enemigo perfecto en esta campaña electoral. Son muy vulnerables, lo dejaron todo en su país de origen y no se pueden defender de los ataques injustificados de los políticos que solo quieren ganar votos”.

El enemigo perfecto

Opinión
5 mins
  El mundo imaginario de Donald Trump
Jorge Ramos

&quot;En este caso, nos toca apuntar y corregir todas las mentiras que Trump ha dicho -y que sigue diciendo- sobre los inmigrantes, sobre la insurrección del 6 de enero del 2021 y sobre todos los esfuerzos ilegítimos por negar los resultados de las elecciones del 2020. Las democracias mueren, primero, desde dentro&quot;.

Por la familia, todo: Ruben Gallego sobre su candidatura para ser el primer senador latino de Arizona
Rubén Gallego

&quot;A los 14 años, vi a mi familia y a mi comunidad y me dije: hay un futuro mejor para nosotros; podemos progresar y las cosas pueden mejorar. Todo lo que hago y lo que soy tiene sus raíces en mi comunidad latina, y me llena de humildad poder llegar a representar a nuestra comunidad en el Senado. Es un deber que asumiré con orgullo y mucho honor.&quot; Read this content in <a href="https://www.univision.com/univision-news/opinion/por-la-familia-todo-ruben-gallego-on-running-to-be-arizonas-first-latino-senator" target="_blank" link-data="{&quot;cms.site.owner&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;00000147-f3a5-d4ea-a95f-fbb7f52b0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;ae3387cc-b875-31b7-b82d-63fd8d758c20&quot;},&quot;cms.content.publishDate&quot;:1726508152821,&quot;cms.content.publishUser&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;0000017b-d1c8-de50-affb-f1df3e1d0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;6aa69ae1-35be-30dc-87e9-410da9e1cdcc&quot;},&quot;cms.content.updateDate&quot;:1726508152821,&quot;cms.content.updateUser&quot;:{&quot;_ref&quot;:&quot;0000017b-d1c8-de50-affb-f1df3e1d0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;6aa69ae1-35be-30dc-87e9-410da9e1cdcc&quot;},&quot;link&quot;:{&quot;target&quot;:&quot;NEW&quot;,&quot;attributes&quot;:[],&quot;url&quot;:&quot;https://www.univision.com/univision-news/opinion/por-la-familia-todo-ruben-gallego-on-running-to-be-arizonas-first-latino-senator&quot;,&quot;_id&quot;:&quot;00000191-fbe7-dddd-a5f7-ffef61bf0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;ff658216-e70f-39d0-b660-bdfe57a5599a&quot;},&quot;linkText&quot;:&quot;english&quot;,&quot;_id&quot;:&quot;00000191-fbe7-dddd-a5f7-ffef61bb0000&quot;,&quot;_type&quot;:&quot;809caec9-30e2-3666-8b71-b32ddbffc288&quot;}">english</a>.

Todo ello nos lleva de nuevo al distanciamiento social. Cuando un desprestigiado expresidente como Ricardo Martinelli, de quien los leales de su partido dicen: "¡Claro que robó, pero logró cosas!", es el principal precandidato para la contienda presidencial de 2024, se sabe que existe una vergonzosa tolerancia social hacia la corrupción pública. Por lo tanto, no debería ser una sorpresa, pero no deja de ser decepcionante, que Ricardo Martinelli y los miembros de su familia que no están en las cárceles estadounidenses, se paseen por los restaurantes y clubes de la ciudad de Panamá con relativa impunidad social. Pero, ¿y si no fuera así? ¿Y si en todas partes a donde fuera la gente le diera la espalda en silencio, se negara a atenderlo a él o a su cohorte, le pidiera que abandonara el concierto o lo excluyera de las bodas, los funerales u otras reuniones sociales de la clase adinerada de Panamá?

En algunos casos, los exlíderes corruptos se ven obligados a huir del largo brazo de la ley una vez que se levanta la inmunidad presidencial cuando abandonan el cargo. El mexicano Enrique Peña vive actualmente en España con sus millones robados, tras un presunto acuerdo con el actual presidente para mantenerse alejado de la escena del crimen. Uno de los cómplices ladrones de Peña Nieto, Emilio Lozoya, ex director de Pemex, se encuentra actualmente en una cárcel mexicana tras su extradición desde España por cargos de corrupción. Será el chivo expiatorio de Peña Nieto, pero muchos más cenan en los restaurantes de lujo de Polanco con dinero robado.

PUBLICIDAD

El salvadoreño Mauricio Funes escapó de los cargos de enriquecimiento ilícito en 2016 y actualmente reside en Nicaragua, donde la realeza reinante de los cleptócratas centroamericanos, Daniel Ortega y Rosario Murillo, le ofrecieron un asilo tranquilo, presumiblemente por una tajada del dinero que les robó a los salvadoreños comunes y corrientes.

Es cierto que algunos exfuncionarios corruptos son acusados y sometidos a juicios, lo cual es bueno. Además del mexicano Lozoya, el expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina y el salvadoreño Tony Saca están actualmente bajo la custodia del Estado por haberse robado millones. El brasileño Lula fue absuelto recientemente de los cargos de corrupción, pero pasó un tiempo en la cárcel por el escándalo de Odebrecht, que llevó la corrupción pública a un nivel de refinado virtuosismo hemisférico. El caso se está apelando.

Pero demasiados funcionarios menores de gabinete, alcaldes, gobernadores y otros que no alcanzan el nivel de titulares nacionales o internacionales cumplen sus mandatos, abandonan el cargo y vuelven a sus casas sospechosamente más grandes, a sus coches y yates de lujo y a sus onerosas vacaciones. Las esposas suelen llevar bolsos Louis Vuitton del tamaño de un paracaídas y los hijos llevan relojes que obligarían a un hombre honrado a obtener una hipoteca. Estas criaturas corruptas siguen apareciendo en los palcos de los partidos de fútbol, se pasean por las pistas de baile en las fiestas de quinceañeras de sus hijas y siguen apareciendo en las páginas de las revistas de sociedad locales como si hubieran ganado honestamente el dinero que se robaron.

PUBLICIDAD

¿Y si se les negara mediante la simple presión social toda la diversión de estas salidas sociales? Protestas silenciosas o ruidosas para el ex alcalde que se robó los fondos de educación en lugar del lugar de honor en la fiesta del santo patrono de la ciudad. Dejar en visto en las redes sociales al gobernador que amañó la recaudación de la lotería estatal y se llevó una mordida del 15% para él y sus compinches. ¿O qué tal una exclusión mordaz de un desfile anual de moda benéfica para la exprimera dama cuyo marido amañó contratos petroleros y puso el dinero — libre de impuestos — en un fideicomiso offshore en Dakota del Sur?

Este distanciamiento social, además de excluir a los actores corruptos infecciosos de los círculos de la élite, serviría como un poderoso momento de enseñanza para la juventud de la región. La vergüenza social y el rechazo público no pueden ser legislados ni regulados por parte de los gobiernos, pero sí podrían ser, al igual que las clasificaciones de Transparencia Internacional, un indicador útil de una sociedad sana o enferma, dependiendo de a cuántas bodas y otras celebraciones sigan asistiendo los corruptos con displicente impunidad.

A medida que el covid se desvanece y volvemos a relacionarnos con nuestros amigos y comunidades, hay algunos que no deberían ser bienvenidos. Son los corruptos entre nosotros.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.


En alianza con
civicScienceLogo