Niños pobres pedían ‘donaciones’ vendiendo dulces para una peligrosa pandilla de Atlanta, según fiscales

Miembros de la Nine Trey Boods explotaron a menores haciéndoles creer que eran parte de una fundación legítima que los llevarían de paseo para alejarlos de las drogas y la violencia, en realidad usaban los recursos que colectaban en beneficio de la banda, afirman los fiscales.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
El informe, titulado 'Es un secreto: la explotación sexual infantil en las escuelas', revela que los casos ocurrieron en al menos 18 planteles educativos de siete estados mexicanos. "Los niños narran participación directa de múltiples adultos en agresiones muy inusuales de extrema violencia física, psicológica y sexual", dice Margarita Griesbach, directora general de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia. Más noticias aquí.
Video Denuncian supuesta red de abuso sexual de menores en escuelas de varios estados de México

Las autoridades de Georgia aseguran que pandilleros obtuvieron dinero para financiar sus actividades ilícitas a través de niños pobres, a los cuales ponían a vender dulces afuera de supermercados y en varios vecindarios. Usaron como fachada una falsa organización benéfica, según el gobierno.

Una investigación iniciada en el otoño por la Secretaria de Estado de Georgia descubrió que miembros de la pandilla afroamericana Nine Trey Bloods de Atlanta, una clica de la banda United Blood Nation, la cual surgió en California, estaba usando a menores de edad para generar ingresos monetarios.

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Estos adolescentes pedían dinero para el ‘Georgia Peach Youth Club of America Inc’, que en su página de Facebook se describe como una “organización caritativa”, pero no tiene registro oficial. “Es un programa de trabajo y recreación para adolescentes que luchan contra el acoso, las drogas y la violencia”, señala.

En realidad, dicen los fiscales, los Nine Trey Boods explotaban a estos niños haciéndoles creer que eran parte de una fundación legítima que les ayudaría. En Facebook hay fotos de jóvenes en un parque de atracciones y en un local de juegos de video, supuestamente parte de las actividades del grupo.

“Estos son algunos de nuestros miembros en nuestro primer viaje a Six Flags en Georgia. Para muchos de nuestros miembros fue la primera vez que se subieron a una montaña rusa y tuvieron una EXPLOSIÓN”, afirma una publicación, que fue acompañada de varias imágenes del supuesto paseo.

El ‘Georgia Peach Youth Club’ se ha esfumado tras las acusaciones. Su página de internet ahora está inactiva, su teléfono fue desconectado y nadie responde a los mensajes enviados a su correo electrónico.

"Es imperdonable"

Un gran jurado del condado Cherokee emitió el martes acusaciones contra 14 presuntos miembros de los Nine Trey Bloods por presunta trata de personas, actividad de pandillas, blanqueo de capitales, extorsión y fraude benéfico.

“Es imperdonable usar niños para obtener dinero de generosos georgianos para financiar la actividad de las pandillas”, dijo el secretario de Estado Brad Raffensperger en un comunicado.

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La acusación señala que estos pandilleros “reclutaron niños de áreas económicamente desfavorecidos de Atlanta usando letreros, el boca a boca y un sitio de internet que anunciaba premios y viajes para los niños”.

El caso penal no menciona cuánto dinero recaudaron los menores vendiendo dulces, ni cuántos fueron coaccionados para hacer estas actividades. Los investigadores dicen que el ‘Georgia Peach Youth Club’ operó en varios lugares del estado entre octubre de 2017 hasta mayo pasado.

“Estos niños fueron transportados en camionetas a varios condados de Georgia”, afirma la Fiscalía. "Algunos niños fueron dejados para solicitar fondos durante horas sin la supervisión de un adulto".

Ofrecían dulces afuera de supermercados o yendo de puerta en puerta por los vecindarios. Le decían a la gente que todas las ganancias de las ventas irían a la “organización” que los llevaba a paseos. Una vez que los niños colectaran el dinero lo entregaban al tesorero del grupo, que lo usaba en beneficio de la pandilla, en lugar de darles a los menores los premios prometidos, afirma la acusación.

Los fiscales lo describen como una red de tráfico de personas que buscaba víctimas constantemente.

“Esperamos presentar este caso ante los tribunales”, dijo Chris Carr, fiscal general de Georgia, en su cuenta de Twitter.


Un hombre que fue entrevistado por el canal FOX5 afirmó que un niño de unos diez años que dijo ser parte de este “club” fantasma, tocó a su puerta hace un año para ofrecerle productos. Lo notó nervioso y, tras decirle que no le compraría nada, fue a buscarlo para ayudarlo.

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“Ese momento estaba empezando a oscurecer. Le pregunté ‘¿estás bien? Pareces asustado’. Le dije: ‘¿Con quién estás? Dijo que estaba con otro chico de su edad", relató a dicho medio.

La peligrosa pandilla detrás de este caso de explotación y fraude, la Nine Trey Bloods, fue fundada en una cárcel neoyorquina hace cuatro décadas y tiene varias clicas en EEUU. Sus integrantes se distinguen porque usan ropa de color rojo. Sus enemigos, los Crips, visten de azul.

Se calcula que el origen de las ‘maras’ fue a mediados de los años 80 en distintas ciudades del oeste estadounidense, principalmente en Los Ángeles. Fundadas por migrantes centroamericanos, la mayoría son salvadoreños que huyeron de su país en guerra y se instalaron en barrios californianos llenos de pobreza, crimen y tráfico de drogas. Se adaptaron al sistema criminal de sus nuevas ciudades y algunos de estos migrantes se agruparon en la ‘Mara Salvatrucha” (también conocida como la MS13) y otros se integraron a la Barrio 18 (o Mara 18). Con el tiempo se consolidaron como los dos grandes grupos de pandillas rivales, como explicó a 
<a href="http://www.univision.com/san-francisco/kdtv/pandilleros-sin-fronteras-analisis-de-la-mara-salvatrucha-video">Univision San Francisco el antropólogo estadounidense Thomas Ward.</a> En la foto, un líder de la `Mara Salvatrucha’ muestra la señal que representa a su grupo, dentro de una celda en una cárcel de El Salvador, en 2014.
A principios de 2000 comienza una política de deportaciones masivas instauradas por el gobierno de George W. Bush en Washington, como consecuencia del incremento de la violencia en el estado de California. Miles de pandilleros con antecedentes, que crecieron en los Estados Unidos, fueron forzados a regresar a las calles de Centroamérica y se encontraron sin más nada qué hacer que continuar la expansión de sus grupos criminales.
<a href="http://www.univision.com/noticias/deportaciones/comunidades-seguras-el-programa-de-deportaciones-que-cancelo-obama-y-trump-quiere-revivirlo"> Este artículo de Univisión Noticias explica los planes del candidato Donald Trump de establecer un programa similar</a>. En la imagen, miembros de la 'Mara Salvatrucha’ arrestados son escoltados por policías encapuchados a su llegada a la cárcel de Quezaltepeque, El Salvador, en marzo de 2016.
Según el portal Insight crime, más de 20.000 criminales regresaron a Centroamérica entre 2000 y 2004. Con el paso del tiempo estos grupos se convirtieron en estructuras de delincuencia organizada transnacional con fuerza en Honduras, El Salvador y Guatemala, nexos en México y presencia en al menos 35 estados de EEUU. 
<a href="http://www.univision.com/noticias/actividad-de-pandillas/pelea-entre-maras-y-reclusos-deja-al-menos-17-muertos-en-carcel-de-guatemala">Este artículo de Univision Noticias reseña una pelea de pandilleros que dejó 17 muertos en una cárcel de Guatemala</a>. La fotografía es una reproducción de un mural con los elementos que identifican a la ‘Mara Salvatrucha’, encontrado en Tegucigalpa, Honduras en 2014.
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En octubre de 2012, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos calificó al grupo Mara Salvatrucha' (o MS13) como una “organización criminal trasnacional”, la primera designación para una pandilla callejera de Estados Unidos. En EEUU, las 'maras' operan como cualquier pandilla callejera estadounidense, concentradas en las ventas locales de droga y la 'protección' del territorio urbano. 
<a href="http://www.univision.com/noticias/arrestos/megaoperacion-policial-contra-la-mara-salvatrucha-cuatro-lideres-y-73-detenidos-en-el-salvador">Un artículo de Univision Noticias describe un operativo de arresto contra pandillas en EEUU en 2016</a>. En esta fotografía de 2006, un ciudadano estadounidense de nacimiento y de ascendencia salvadoreña de 20 años de edad, alias Snoopy, muestra sus tatuajes en Durham, Carolina del Norte. Es un miembro de la Mara Salvatrucha de California, que viajó a ese estado en busca de trabajo, luego de abandonar la vida de las bandas.
En Centroamérica, donde el alcance y el tamaño del grupo (en relación con las proporciones generales) es más grande, las operaciones de la MS13 son más diversificadas. Esto incluye la extorsión, el secuestro, y el control del mercado ilegal de drogas en los barrios. Atraídos por los miles de migrantes centroamericanos que intentan ingresar a Estados Unidos, la MS13 se ha incorporado al tráfico de personas. En Centroamérica, la ‘Mara Salvatrucha’ provee mano de obra crucial para las organizaciones delincuenciales extranjeras, como el Cartel de Sinaloa y 
<a href="http://www.univision.com/noticias/narcotrafico/maras-el-eslabon-de-los-zetas">Los Zetas, en México, según confirmó Univision Noticias.</a> En la foto, miembros de la ‘Mara Salvatrucha’ o MS13 en una celda de la estación de policía de Quezaltepeque. Este tipo de jaulas sobrepobladas fueron diseñadas para arrestos de 72 horas. Algunos pandilleros se mantienen en estos espacios por más de un año.
La violencia en toda la región centroamericana como consecuencia de expansión de las maras se ha multiplicado en los últimos años. 
<a href="http://www.univision.com/noticias/univision-data/violencia-en-centroamerica-quintuplico-solicitudes-de-refugio">La violencia en centroamérica quintuplicó las solicitudes de refugio en Estados Unidos</a>. Según la Organización de Naciones Unidas, de los cinco países con mayor tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes en el mundo, cuatro son centroamericanos: Honduras con una tasa de 90.4, Belice 44.7, El Salvador 41.2, y Guatemala 39.9. El único país en esta lista fuera de Centroamérica es Venezuela, que ocupa el segundo lugar con 53.7. Un miembro de la ‘Mara 18’ posa para una fotografía en la prisión de Izalco, a unas 40 millas de San Salvador, en 2013.
En marzo de 2012, los líderes de la MS13 y sus rivales de Barrio18 acordaron una tregua nacional negociada a través de grupos de la comunidad y la iglesia, y facilitada por el gobierno. El aparente cese al fuego fue seguido por una gran caída en la tasa de homicidios de El Salvador y los pandilleros
<a href="http://www.univision.com/noticias/noticias-de-latinoamerica/maras-suspenden-reclutamiento-de-jovenes-en-el-salvador"> suspendieron el reclutamiento forzado de jóvenes.</a> En Centroamérica las bandas criminales han podido reconstruir sus estructuras organizativas desde el interior de las cárceles, así como expandir su capacidad de llevar a cabo delitos como secuestros, robo de autos, esquemas de extorsión, y otras actividades criminales. En la imagen, dos miembros de la ‘Mara Salvatrucha ‘posan en una calle de Tegucigalpa, Honduras, en 2014.
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A pesar de la tregua, auspiciada en 2012 por el gobierno del presidente de izquierda Mauricio Funes (ahora 
<a href="http://www.univision.com/noticias/asilo-politico/nicaragua-da-asilo-politico-al-expresidente-salvadoreno-mauricio-funes"><b>acusado de corrupción y asilado</b></a> en Nicaragua), las extorsiones y otros negocios sucios continuaron, así como la intimidación, el acoso y el reclutamiento forzoso de adolescentes y niños. Los asesinatos tampoco se detuvieron y a la larga las maras salieron fortalecidas. En el último año y medio, 85 policías han sido asesinados por los pandilleros, que pusieron a los uniformados en el punto de mira tras la escalada represiva desatada por el Estado desde inicios de 2015. En la fotografía, el momento del funeral de la agente de policía salvadoreña Wendy Mena, supuestamente asesinada por miembros de la mara ‘Barrio 18’.
Las ‘Maras’ no tienen un líder único reconocido. Funcionan horizontalmente y sus células se extienden por Centroamérica, México, Estados Unidos, y 
<a href="http://www.univision.com/noticias/actividad-de-pandillas/cae-en-espana-el-mexicano-uno-de-los-lideres-de-la-mara-18">han intentado establecerse en Europa.</a> Estos grupos que controlan territorios específicos, son llamados ‘clicas’. Los jefes de las ‘clicas’ son los ‘Palabreros’, y cada una tiene su propio líder y jerarquía. La mayoría de las ‘clicas’ tienen la ‘primera palabra’ y ‘segunda palabra’ en referencia al primero y segundo al mando. Su estructura cambiante y fluida las hace resistentes a cualquier intento de las autoridades de tomar medidas duras en su contra. En la foto, Carlos Tiberio Valladares, alias Sniper, uno de los líderes de la ‘Mara Salvatrucha’, ofrece una conferencia de prensa en una cárcel de San Salvador a propósito de la tregua de 2012.
Los tatuajes, unas veces solo simples marcas de identificación con el grupo, otras la representación de crímenes cometidos, 
<a href="http://www.univision.com/noticias/noticias-de-eeuu/prohiben-tatuajes-de-pandillas"><b>son una limitación</b></a> en el mundo fuera de las maras. Estos dibujos orientan a las autoridades y discriminan a los que intentan incorporarse a la vida normal fuera del crimen. Programas de borrado de tatuajes con laser se han extendido por El Salvador, Honduras y Estados Unidos. En la foto un miembro de la ‘Mara Salvatrucha’ asiste a una sesión de borrado de tatuajes en el Instituto Nacional de la Juventud, San Salvador, en julio de 2016. 
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Miembros de la mara 'Barrio 18', la gran rival de la MS13, son trasladados de la cárcel de Izalco a la penitenciaría de San Francisco Gotera en El Salvador en 2015. El crecimiento de la violencia y la pobreza en el triángulo norte de Centroamérica ha disparado la migración hacia el norte. Entre octubre y noviembre de 2015 
<a href="http://www.univision.com/noticias/inmigracion-infantil/ola-de-ninos-migrantes-a-eeuu-no-ha-parado-desde-2013"><b>un total de 5,000 menores de edad no acompañados y un número similar de unidades familiares (padres o adultos que acompañan a un niño)</b></a> fueron detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos al intentar ingresar sin documentos. Esto es casi el doble de los arrestos registrados en el 2014.
Un reo en libertad condicional pinta un muro para ocultar un grafiti de la ‘Mara Salvatrucha’ en Soyapango, El Salvador, junio de 2016. Los intentos de reinserción de varias organizaciones, apoyadas por los gobiernos centroamericanos, no parecen suficientes para frenar la expansión de la violencia. 
<br>Recientes cambios en la política estadounidense podrían facilitar la concesión de asilo a centroamericanos víctimas de la violencia, pero en sus países de origen. Los inmigrantes centroamericanos que buscan asilo y entraron al país sin documentos después del 1 de enero de 2014, están en la lista de prioridades de deportación del gobierno de Obama. Su gestión 
<a href="http://www.univision.com/noticias/deportaciones/obama-es-el-presidente-que-mas-ha-deportado-en-los-ultimos-30-anos"><b>ha regresado a sus países a mas de 2.7 millones de inmigrantes indocumentados</b></a> desde enero de 2009. Muchos de ellos habían escapado de amenazas directas de las maras en sus países.
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Se calcula que el origen de las ‘maras’ fue a mediados de los años 80 en distintas ciudades del oeste estadounidense, principalmente en Los Ángeles. Fundadas por migrantes centroamericanos, la mayoría son salvadoreños que huyeron de su país en guerra y se instalaron en barrios californianos llenos de pobreza, crimen y tráfico de drogas. Se adaptaron al sistema criminal de sus nuevas ciudades y algunos de estos migrantes se agruparon en la ‘Mara Salvatrucha” (también conocida como la MS13) y otros se integraron a la Barrio 18 (o Mara 18). Con el tiempo se consolidaron como los dos grandes grupos de pandillas rivales, como explicó a Univision San Francisco el antropólogo estadounidense Thomas Ward. En la foto, un líder de la `Mara Salvatrucha’ muestra la señal que representa a su grupo, dentro de una celda en una cárcel de El Salvador, en 2014.
Imagen Jan Sochor/Getty Images
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