La administración del presidente Joe Biden propuso este miércoles nuevas medidas de protección para el gallo de las praderas, también conocido como urogallo, propio de las Grandes Llanuras del oeste de Estados Unidos. De prosperar, se trataría de una medida con consecuencias significativas para la industria del petróleo y gas.
Estos gallos del Oeste tienen enfrentada a la Casa Blanca con la industria petrolera
La administración de Biden propone medidas de protección para el gallo de las praderas, también conocido como urogallo, que afectarían la construcción de instalaciones para extraer petróleo y gas en la Cuenca Pérmica.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU ha propuesto incluir a las regiones que el ave habita en Nuevo México y Texas, en su lista de especies en peligro. Esta zona atraviesa partes de la Cuenca Pérmica, uno de los yacimientos de petróleo y gas más grandes de América del Norte.
La alerta no incluyó a otros estados del país donde se pueden encontrar urogallos, como Oklahoma y Kansas, con el argumento de que el número de aves en estas regiones no ha caído de forma tan drástica de acuerdo con The Washington Post.
Esta propuesta se une a más de una veintena de medidas con las que el gobierno de Biden busca tomar distancia del enfoque de su antecesor. También este miércoles, la Agencia de Protección Ambiental eliminó una polémica regla aprobada por la administración Trump que restringía los estudios que sus especialistas podían usar para elaborar las políticas medioambientales.
Los gallos de pradera, o urogallos han perdido importantes zonas de su hábitat en las últimas décadas. De millones que vivían en las grandes llanuras, ahora quedan unas 27,000 aves de esta especie.
“El tipo de asunto que mata inversiones”
La medida impondría restricciones a nuevas instalaciones de petróleo y gas, que según sus críticos perjudicará a la economía.
“Creo que tendría un impacto sustancial en el desarrollo de energía, petróleo y gas”, comentó Wayne D’Angelo, abogado de la firma Kelley Drye & Warren que ha participado en casos que afectan a la industria de energía. “Es el tipo de asunto que mata inversiones”, dijo a The Washington Post.
A inicios de este mes, un grupo de senadores republicanos pidió a la Secretaria del Interior, Deb Haaland, que no incluyera al gallo de pradera en la lista. “Creemos que sería imprudente y dañino”, escribieron.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre ya había incluido al gallo de pradera o urogallo en su lista de especies amenazadas, pero un tribunal obligó al gobierno a dar marcha atrás.
La administración Trump no tomó acciones en el asunto pese a las peticiones de grupos que defienden al Medio Ambiente.










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