Analgésicos infantiles escasean ante repunte de virus respiratorios: ¿qué hacer si no los encuentras?

El ibuprofeno y acetaminofén para niños, popularmente conocidos por sus nombres de marca Tylenol y Motrin, brillan por su ausencia en anaqueles de farmacias justo cuando los padres más los necesitan. Estas recomendaciones te ayudarán a manejar la situación si tu hijo enferma.

Por:
Univision
Mientras que los hospitales se saturan con pacientes contagiados con covid-19, influenza o el VRS, en ciudades como Houston, las farmacias están presentando una escasez de los medicamentos comunes para niños que ayudan a controlar síntomas relacionados con afectaciones respiratorias. Ante esto, autoridades médicas están pidiendo a los padres evitar suministrarles a sus hijos fármacos para adultos, ya que esto puede ser perjudicial para ellos. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
Video Alerta por una escasez de medicamentos para niños que ayudan a controlar síntomas de virus respiratorios

El aumento sin precedentes de virus respiratorios como el VRS, covid-19 e influenza en niños no solo tiene a hospitales pediátricos al límite de su capacidad, sino que también ha ocasionado una escasez de medicamentos como acetaminofén e ibuprofeno infantil en muchas zonas del país.

La crisis ya se hace evidente en los anaqueles vacíos de farmacias que además tienen bajo suministro de un antibiótico que suele recetarse con frecuencia contra las infecciones bacterianas secundarias: la amoxicilina.

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“Todo el mundo está enfermo y necesita medicinas a la misma vez y a los laboratorios les cuesta atender tan alta demanda”, explica a The Washingnton Post la portavoz de la Academia Estadounidense de Pediatría, Joanna Dolgoff.

¿Qué hacer entonces si no consigues medicamentos para bajar la fiebre o aliviar otros síntomas en los niños?

Estas son algunas recomendaciones de pediatras:

  • Mantén la calma: si no encuentras ningún analgésico infantil en la farmacia, antes de alarmarte, visita algunas otras pues es posible que ahí sí consigas alguna opción. “Muchas veces tenemos que hacer uno o dos viajes a farmacias. Así que lo primero es dar un mensaje de tranquilidad”, dice al Noticiero Univision el pediatra Ilan Shapiro, director de bienestar y salud de Altamed. Agrega que “hay cosas que podemos hacer para ayudarlos mientras encontramos el medicamento como baños de agua tibia y darles mucha agua tibia y descanso”.
  • No siempre hay que tratar de bajar la fiebre: La fiebre no es el enemigo. Pediatras insisten en que no siempre es necesario intentar reducirla con medicamentos. “La fiebre es el mecanismo natural del organismo para reforzar el sistema inmunológico y combatir enfermedades”, explica en su página de Facebook la pediatra Liz Donner, quien aclara que, si el niño no se ve incómodo o se siente mal, no necesariamente hay que medicarlo, ni tampoco despertarlo si duerme plácidamente, aunque tenga la temperatura elevada. Los pediatras suelen decir que más importante es cómo luce el niño, que qué temperatura marca el termómetro. Algunos se sienten muy mal con apenas un recargo; mientras otros no parecen sentirse molestos, incluso con fiebres elevadas.
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Lo que sí es esencial es mantenerlos hidratados y estar alerta a señales de que es necesario llevarlos al hospital tales como: cualquier fiebre en menores de 12 semanas, confusión/desorientación, letargo, poca producción de orina, rigidez en el cuello, convulsiones, respiración difícil o rápida o si luce muy enfermo. También hay que consultar al médico si la fiebre dura más de 5 días o si hubo una mejora y luego la fiebre regresa a los pocos días.
Otras recomendaciones para ayudar a niños con fiebre son: mantener el cuarto bien ventilado, vestirlos con ropa ligera, darles mucho líquido y si acaso pasarles un trapito o baño con agua tibia (no fría). “El agua helada puede causar escalofríos lo que eleva la temperatura corporal”, explica Joanna Dolgoff a The Washington Post. Así que olvídate de los baños con agua helada.

  • Hay medicamentos genéricos: medicamentos genéricos (acetaminofén e ibuprofeno) pueden ser más fáciles de conseguir que sus versiones de marca como Tylenol y Motrin, y en esencia son exactamente iguales. Al suministrarlos a tu hijo, asegúrate de seguir bien las indicaciones de dosis y no exceder los intervalos sugeridos.
  • No acapares: si tienes la suerte de encontrar ibuprofeno o acetaminofén pediátricos, no caigas en la tentación de comprar muchos frascos a la vez. Por lo general con uno basta para varios días de tratamiento y así no contribuirás a la escasez. Piensa en otros padres que también podrían necesitarlos.
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  • Bajo ningún concepto intentes darles acetaminofén o ibuprofeno para adultos: no recurras a ‘trucos’ como picar pastillas para intentar darles la dosis adecuada pues esto puede ser muy peligroso. Asegúrate de que la medicina esté concebida para la edad de tu hijo. Mientras los bebés solamente pueden tomarlos en su versión líquida, hay opciones específicas de pastillas masticables para niños más grandes.
  • ¿Hay diferencia entre el ibuprofeno o el acetaminofén? El tylenol, o acetaminofén, reduce el dolor y la fiebre. El ibuprofeno (Advil o Motrin) es un medicamento antiinflamatorio no esteroideo que, además de reducir el dolor y la fiebre, ayuda con la inflamación. El primero se puede administrar de cada 4 a 6 horas y el segundo de cada 6 a 8 horas y no debe darse con el estómago vacío. Si bien es posible alternarlos, hay que seguir al pie de la letra las instrucciones del médico para no confundirse o equivocarse con las dosis y tiempos, lo que podría ser peligroso.
  • Nunca les des aspirina: esta medicina puede causar en raros casos una condición severa llamada síndrome de Reye, que causa inflamación del cerebro y el hígado.
  • Los antibióticos no sirven contra los virus. A menos de que tu médico recete a tu hijo un antibiótico por presentar una infección bacteriana (como una otitis o sinusitis que puede darse después de un cuadro viral), estos medicamentos no ayudarán ni con los síntomas, ni a acortar la duración de la enfermedad. “Los antibióticos no harán que un virus desaparezca más rápido porque solamente funcionan contra las bacterias”, recalca la pediatra Liz Donner.
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  • Ante cualquier duda, consulta con tu pediatra. Recuerda que la mayoría de los consultorios pediátricos tienen la opción de que los padres puedan llamar por teléfono 24/7 y hablar con una enfermera o con el pediatra para aclarar dudas, que les den instrucciones o consultar si realmente necesitan hacer una cita o llevar al niño al hospital. Correr a la sala de emergencias no siempre es necesario. Recuerda que hay otras opciones como centros de urgencias o servicios de telemedicina disponibles. Los farmaceutas también pueden ayudarte a aclarar cualquier pregunta sobre dosificación o medicinas infantiles.
Definitivamente 
<b>uno de los días más felices en la vida de cualquier mamá es cuando tu pequeñito se va a casa</b>. La imagen muestra a mi guerrera tras superar su etapa en la unidad de cuidados neonatales. Su mami (yo) muy orgullosa lo compartió en Instagram. ¡Bravo! Lloré de la emoción.
Mia Michelle nació por cesárea con apenas 30 semanas. En la imagen, estoy más dormida que despierta, pero amando cada segundo de este momento. Se la habían llevado a cuidados intensivos y fui a verla. Pesó 2.260 kilogramas y midió 42 centímetros. Era el momento de concentrar las buenas vibras y oraciones para que expulsara el líquido amniótico que absorbió.
<b>Mi tren celestial en la incubadora</b>. La fe es algo que no se puede describir, pero tampoco hace falta que te la expliquen. Cuando con amor se pide, hasta cosas imposibles son concedidas.
La lactancia se vive de otra manera cuando tienes un bebé prematuro. Gracias al sacaleches, esa máquina maravillosa, pude alimentar a Mia durante sus primeros dos meses.
<b>Una enfermera neonatal no sólo es una segunda mamá para los prematuros, sino también el apoyo más incondicional para los padres</b>. Para nosotros se convirtieron en familia y todavía hoy, cuatro años después, cada vez que podemos las visitamos.
Les presento al señor monitor. 
<b>Esta pantalla termina convirtiéndose en tu aliado en el hospital. Aunque no quieras verla, tienes que entenderla</b> e interpretar sus registros. La primera vez que esta bendita máquina soltó un pitazo horrible, nosotros no teníamos ni la menor idea de lo que pasaba. Resulta que los prematuros tienden a experimentar bradicardia o la apnea del sueño. Una de las enfermeras nos dio una explicación que jamás olvidaré: nuestros pequeños súperhéroes no están del todo listos y se quedan dormiditos, y 
<b>hay que tenerlos monitoreados 24/7 para evitar que se les olvide respirar.</b>
Un #TBT de aquellos largos meses 
<b>alimentando por sonda y viviendo literalmente un día a la vez</b>. Cada vez que algo me agobia, intento recordar aquellos dos meses en #NICU en donde lo único que importaba era que esta pequeñita siguiera respirando solita.
Quizá uno de los momentos más difíciles que vive una mamá en su proceso de parto prematuro, es entender que su bebé debe quedarse en el hospital porque ocurre una desconexión abrupta. Una buena manera de 
<b>retomar ese vínculo es mediante el contacto piel con piel.</b> Mi esposo y yo lo disfrutamos mucho y cada vez que podíamos le pedíamos a las enfermeras que nos dejaran tener a Mia en nuestro regazo. Esta técnica 
<b>regula la frecuencia cardíaca y respiratoria, beneficia el proceso de adaptación a estímulos y sincroniza la temperatura corporal</b>.
El monitor cardíaco nos acompañó hasta la casa y lo tuvimos allí durante un mes
<b>. No saben la tranquilidad que esto genera en los papás de prematuros, así que no se asusten si les dicen que su bebé debe tenerlo</b>. Ulises, nuestra mascota, quedó loco con los sonidos que emite el monitor cuando el bebé se mueve y se pierde el contacto. La idea es que si bajan las pulsaciones, el aparato chilla. Papá, Mamá, Ulises y todo el edificio estaban atentos a ese sonido.
Esta foto registra la vez que Mia tuvo que ser ingresada de nuevo al hospital por un episodio que atentó contra su vida. 
<b>Aunque emocionalmente fue un momento duro, quiero verlo hoy desde la calma y la felicidad, agradecida de tener a mi hija sana</b>. Hoy celebro que todo pasa, hasta la más horrible tormenta, la más terrible situación. A los padres de bebés prematuros nos enseñan a
<b> hacer CPR para asistir a los bebés, a reaccionar ante un buche que se atora</b>. Hagan este curso. Es una tranquilidad estar preparados para lo que sea.
Los avances de Mia gracias a las clases de estímulo temprano. Foto 1: primera clase. Tenía 7 meses y todavía no se sentaba. Foto 2: cumpleaños de papi. Todos los bebés cantaron cumpleaños feliz. Foto 3: 'Patuque Pa Dentro Time'. Foto 4: última clase de Mia con 11 meses bailando y casi dando pasito pasito.
Tu primer cumpleaños: justo como lo soñamos, princesita Mia.
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Definitivamente uno de los días más felices en la vida de cualquier mamá es cuando tu pequeñito se va a casa. La imagen muestra a mi guerrera tras superar su etapa en la unidad de cuidados neonatales. Su mami (yo) muy orgullosa lo compartió en Instagram. ¡Bravo! Lloré de la emoción.
Imagen Instagram/mamamia_ig
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