ORLANDO, Florida.- La misión espacial Crew-8 de la NASA y SpaceX regresó a la Tierra este viernes 25 de octubre a las 3:29 a.m. (hora del Este), concluyendo una expedición de casi ocho meses a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI).
Cuatro avances científicos que logró el equipo Crew-8 de SpaceX tras pasar más de 200 días en el espacio
La misión Crew-8 realizó investigaciones sobre la resistencia a antibióticos en el espacio, ayudando a proteger la salud de astronautas y terrestres; los astronautas trabajaron con organoides humanos para estudiar enfermedades neurodegenerativas, avanzando en tratamientos para condiciones como el Parkinson.
La cápsula Dragon amerizó exitosamente frente a la costa de Pensacola, en el Golfo de México, en una operación supervisada por equipos de recuperación de ambas agencias. Esta misión representó la octava rotación de la tripulación comercial en la EEI dentro del programa comercial de la NASA y SpaceX.
La misión Crew-8 comenzó el pasado 3 de marzo, cuando el cohete Falcon 9 despegó del Centro Espacial Kennedy en Florida, llevando a bordo a los astronautas estadounidenses Matthew Dominick, Michael Barratt, y Jeanette Epps, así como al cosmonauta ruso Alexander Grebenkin, de Roscosmos.
Durante los 232 días que permanecieron en la EEI, los cuatro tripulantes realizaron investigaciones científicas y demostraciones de tecnología clave para el avance de la exploración espacial y el bienestar humano en el planeta.
Tras su regreso, los astronautas fueron trasladados al Centro Espacial Johnson en Houston, mientras que la cápsula Dragon retornó a las instalaciones de SpaceX en Cabo Cañaveral para ser inspeccionada y reacondicionada para futuras misiones.
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Ciencia para el espacio y la Tierra
La misión Crew-8 es recordada no solo por su duración, sino también por sus avances científicos. Los astronautas realizaron investigaciones que, entre otros objetivos, buscaban estudiar el impacto de la microgravedad en la salud humana, particularmente en sistemas como el cerebro y el sistema inmunológico.
Entre los logros científicos destacados, los tripulantes trabajaron en la creación de modelos de tejido cerebral para entender mejor las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y explorar sus posibles tratamientos. Además, estos estudios pueden ofrecer información crucial sobre cómo afecta el espacio al cerebro humano, clave para futuras misiones de larga duración.
Otro avance notable de la misión fue la investigación en bioprinting o bioimpresión de tejidos cardíacos. Este proceso, que se realiza en microgravedad, genera tejidos de mejor calidad que aquellos impresos en la Tierra y puede representar un gran avance en la producción de órganos y tejidos para trasplantes.
De igual forma, se exploraron las propiedades de combustión en microgravedad y los efectos del ambiente espacial sobre la inflamabilidad de los materiales, estudios que son esenciales para mejorar la seguridad de futuras misiones en el espacio.
Crew-8 también tuvo un rol educativo significativo. Durante la misión, los astronautas participaron en sesiones de radio con estudiantes de diferentes partes del mundo, promoviendo la curiosidad por el espacio y la ciencia. Además, colaboraron en proyectos de robótica con jóvenes, utilizando el Astrobee, un robot en la EEI, lo que inspiró a una nueva generación de científicos e ingenieros.
La misión Crew-8, en conjunto con otras dentro del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, ha permitido el acceso continuo al espacio en colaboración con empresas privadas, abriendo oportunidades para la exploración más allá de la órbita baja terrestre. Esta investigación prepara el camino hacia misiones a la Luna y Marte, fortaleciendo la seguridad y la tecnología necesaria para afrontar viajes espaciales más complejos y de larga duración.













