Un dron cargado con equipos telefónicos celulares cayó en el patio de una prisión de máxima seguridad en el condado de Kern. El dron modelo Phantom 4 Pro V2.0 voló sobre la valla electrificada de alto voltaje que protege el patio de la Instalación A de la prisión estatal Kern Valley. El hecho ocurrió durante el verano pasado según indican documentos judiciales de acceso público relativos al caso.
Dron cargado de celulares se estrella en el patio de prisión de máxima seguridad de Kern
El Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California, dice que “el contrabando de teléfonos celulares es un problema creciente en los establecimientos penitenciarios en todo el país.
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Univision
Se trataba de un dron de grado profesional Phantom 4 Pro V2.0 con un precio de venta cercano a $1,600.
Imagen DJI
Empleados de la prisión estatal de Kern Valley fueron testigos del momento en que el dron se estrellaba dentro del patio indicado el pasado 30 de agosto. El personal de la prisión descubrió el malogrado dron con dos paquetes sujetados con cinta adhesiva negra eléctrica. Cada paquete contenía dos teléfonos celulares, cargadores y uno de ellos contenía además dos auriculares Bluetooth, según documentos judiciales presentados por los investigadores. La cinta aislante también cubría las luces del dron.
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La prisión estatal de Kern Valley es una prisión de máxima seguridad de nivel IV, dependiente del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California, que actualmente alberga a 4.600 reclusos varones, los que representa cerca del 150% de su capacidad física. Algunos de los prisioneros de Kern Valley están considerados entre los más problemáticos de California.
El Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California, dice que “el contrabando de teléfonos celulares es un problema creciente en los establecimientos penitenciarios en todo el país. El uso ilegal de estos teléfonos elude los procesos de vigilancia en las cárceles y ayuda a los reclusos a cometer nuevos delitos. Dado que los teléfonos celulares modernos pueden grabar videos, tomar fotografías, grabar conversaciones y proporcionar acceso a Internet, los presos pueden usarlos para coordinar asaltos y acosar a personas inocentes en la comunidad”.
En el otoño de 2011, el gobernador Jerry Brown promulgó una ley que convierte en delito menor para un recluso poseer un teléfono celular no autorizado en la cárcel, o para cualquier persona intentar ingresar de contrabando uno de estos aparatos a la cárcel.
Los documentos no indican si hay algún sospechoso relacionado con el caso.