Trump prorroga por otros 90 días su polémica política de asilo

La razón esgrimida por el mandatario para extender la vigencia del nuevo reglamento es “porque descubrí que el problema de un gran número de extranjeros que viajan a través de México para ingresar a nuestro país ilegalmente o sin la documentación adecuada no ha mejorado sustancialmente”.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
Mientras el presidente Trump busca a toda costa cerrar la puerta a quienes huyen de sus países desesperados por la violencia y la falta de oportunidades, la frontera está saturada por la llegada masiva de familias y organizaciones civiles y religiosas tratan de atender la emergencia humanitaria.
Video "El niño es el pasaporte para cruzar", cuando los menores se convierten en el mejor recurso para migrar a EEUU

Bajo el argumento de que la oleada de migrantes en la frontera con México no se detiene, sino que por el contrario sigue aumentando, el presidente Donald Trump prorrogó el miércoles por otros 90 días la proclama presidencial firmada el año pasado y que cambió la política de asilo.

“En la Proclamación 9822 del 9 de noviembre de 2018 (Abordando la migración masiva a través de la frontera sur de los Estados Unidos), descubrí que nuestro sistema de inmigración y asilo está en crisis como consecuencia de la migración masiva de extranjeros a través de la frontera entre los Estados Unidos y México”, señala el mandatario en el nuevo aplazamiento publicado en la página digital de la Casa Blanca.

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La razón esgrimida por el mandatario para extender la vigencia del nuevo reglamento es “porque descubrí que el problema de un gran número de extranjeros que viajan a través de México para ingresar a nuestro país ilegalmente o sin la documentación adecuada no ha mejorado sustancialmente”.

“De hecho ha empeorado en varios aspectos desde el 9 de noviembre de 2018”, precisó el mandatario.

Récord de aprehensiones

El martes la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) dijo que la crisis en la frontera, lejos de disminuir creció durante el mes de marzo, cuando la Patrulla Fronteriza llevó a cabo 98,977 aprehensiones, el nivel más alto desde 2007.


"CBP está viviendo una situación sin precedentes e insostenible", publicó la agencia federal en su cuenta de la red social Twitter.

Trump señala en la extensión de la proclama que “la entrada ilegal de extranjeros a través de esa frontera (sur, con México) es perjudicial para los intereses de Estados Unidos”.

La proclama presidencial del 9 de noviembre tuvo una vigencia de 90 días. La decisión fue extendida por otros 90 días el 7 de febrero y este miércoles prorrogada por segunda vez por un mismo período de tiempo.

La proclama original restringe el asilo a aquellos extranjeros que entran por lugares o zonas no autorizadas en la frontera (garitas), pero el 19 de noviembre del año pasado un juez federal de San Francisco falló en contra de esta medida señalando que el presidente “no puede reescribir las leyes de inmigración para imponer una condición que el Congreso ha prohibido expresamente”.

Cambio de procedimiento

Si bien la orden de la corte federal de San Francisco prohibió al gobierno de Trump negar asilo a los extranjeros que entran al país por zonas no autorizadas o entre los puertos de entrada, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) respondió con una nueva estrategia denominada ‘Permanecer en México’.

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“El derecho a pedir asilo para las personas que ingresan al país por cualquier parte de la frontera sigue vigente”, dijo a Univision Noticias Alex Gálvez, un abogado de inmigración que ejerce en Los Ángeles, California. “Si los detienen dentro de Estados Unidos pueden pedir asilo y el gobierno no les puede negar ese derecho”, agregó.

“Lo que si ha cambiado es el proceso de cómo aplicas para el asilo”, precisó. “El fallo emitido ayer por la Corte Federal de Apelaciones del 9 Circuito ratificó que el gobierno de Trump puede seguir enviando a México a esperar sus audiencias en México, pero no pueden prohibir el que soliciten la protección del asilo”.

Gálvez dijo además que esta nueva política “es una mano con maña. Al mantener fuera a los solicitantes de asilo que entraron por zonas no autorizadas, el gobierno cambió el proceso pero no el derecho”.

Para el Southern Poverty Law Center (SPLC), México es un lugar “peligroso” para los migrantes que huyen de sus países, principalmente Centroamérica y piden asilo en la frontera estadounidenses y son obligados a esperar en el lado mexicano.

“El gobierno de Trump sigue buscando formas más crueles de burlar la ley y hacer caso omiso de la moral básica. Las personas que huyen de la persecución tienen derecho a buscar asilo en Estados Unidos”, agrega.

El reglamento de Trump

Al igual que muchas otras decisiones sobre la inmigración tomadas por Trump desde que llego a la Casa Blanca, el 20 de enero de 2017, la proclama sobre asilo se fundamenta en un nuevo reglamento publicado en el Registro Federal el 20 de noviembre del 2018.

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El documento previene que la norma provisional suspende la entrada de extranjeros que cruzan ilegalmente la frontera sur a quienes se les prohibiría la elegibilidad para el asilo y, por lo tanto, enviaría a extranjeros inadmisibles a los puertos de entrada donde dichos extranjeros podrían tratar de ingresar y serían procesados De manera ordenada y controlada.

Si bien el gobierno no puede prohibir a nadie el derecho de pedir asilo no importando por donde entre a Estados Unidos, pero en cambio regresa a México a quienes no se presentan en los puertos de entrada, nada garantiza que los procesos judiciales se resuelvan en corto tiempo, teniendo en cuenta que las cortes de inmigración tienen más de 860,000 casos acumulados. Y todo indica que el atasco seguirá creciendo en los próximos meses.

“En noviembre de 2018 un promedio diario de aproximadamente 2,000 extranjeros inadmisibles intentó ingresar a los Estados Unidos”, dice Trump en la proclama. “Hoy ese promedio se ha elevado a aproximadamente 3,900. Las detenciones de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos entre los puertos de entrada se han más que duplicado desde enero a abril de este año. Desde enero hasta abril se prevé que las detenciones la Patrulla Fronteriza alcancen aproximadamente 460,000”, advirtió.

Trump dice además que la intención de la mayoría de los migrantes que llegan a la frontera es entrar a Estados Unidos de manera ilegal o sin la documentación adecuada, no la de pedir asilo tras huir de sus países a causa de la violencia y la pobreza.

Trump cuestiona fallo

Para Trump la actual crisis migratoria en la frontera radica principalmente, no en la capacidad de Estados Unidos para abordar estos problemas, sino por el obstáculo generado “por una orden judicial a nivel nacional emitida por un juez de un tribunal de distrito en el norte de California”, fallo que impidió el negarle a los migrantes que entran al país por zonas no autorizadas el derecho de pedir asilo.

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“Esa orden judicial actualmente impide que el Fiscal General y el secretario del DHS apliquen una regla final interina que haga que cualquier extranjero que ingrese al país, en contravención de una proclamación que limite o suspenda la entrada en la frontera sur, incluida la Proclamación 9822, no sea admisible asilo”, protesta el mandatario.

Trump dijo que su gobierno “está apelando esa orden judicial” y que en caso de que se levante la medida cautelar, “los extranjeros que ingresen ilegalmente a Estados Unidos a través de la frontera sur en contravención de esta proclamación, “no serán elegibles para recibir asilo en virtud de esa norma final provisional”.

El mandatario insiste en que actúa “para proteger el interés nacional y mantener un sistema de asilo que funcione efectivamente para los solicitantes de asilo legítimos que demuestren que han huido de la persecución y garantizan los beneficios especiales asociados con el otorgamiento de asilo”, entre ellos la residencia y el derecho a convertirse en ciudadanos.

Es probable que Trump continúe prorrogando la proclama del 9 de noviembre de 2018 hasta que la apelación sea resuelta. Y es probable que, si recibe un fallo adverso, eleve el caso a la
Corte Suprema de Justicia, una estrategia que seguirá manteniendo fuera del debate al Congreso.

A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
La montaña del Cristo Redentor en Sunland Park, Nuevo México, forma un muro fronterizo natural entre México y Estados Unidos. A pesar de su difícil geografía y el frío de la primavera, muchos inmigrantes usan sus senderos para cruzar.
Más de 40 personas se entregaron a la Patrulla Fronteriza en dos horas. Eran en su mayoría padres y madres con sus hijos en brazos, incluso bebés, que vinieron a Estados Unidos buscando mejores oportunidades de empleo.
Al no haber muros en la montaña del Cristo Redentor, la zona es vigilada permanentemente por la Patrulla Fronteriza y por sensores de movimiento. No es este el punto por el que ocurre el grueso de los cruces de indocumentados en el sector El Paso.
El arresto de un grupo de inmigrantes indocumentados en Texas, visto desde una vía.
"No habla inglés, solo español", se lee en el sobre que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) entregó a la familia hondureña Vindel una vez que fueron liberados. Eran un padre y una madre con sus dos hijos. Los adultos fueron dejados en libertad, pero con un grillete en sus tobillos y deben presentarse en los próximos días con un oficial de ICE en su nueva dirección.
Aunque la Patrulla Fronteriza no tiene cifras exactas de cuántos coyotes han sido detenidos en los últimos años, aseguran que continuamente comparten información de inteligencia con las autoridades mexicanas. Explican que los traficantes de personas no cruzan a Estados Unidos pero sí guían a los migrantes hasta el río, por lo que debe ser el gobierno vecino quien efectúe las detenciones.
De un lado, el izquierdo, Ciudad Juárez, México; del otro, Sunland Park, Nuevo México.
Un niño guatemalteco ve al oficial de la Patrulla Fronteriza mientras él le hace preguntas a su padre.
Un agente de la Patrulla Fronteriza acompaña a un grupo de inmigrantes indocumentados hasta una de las puertas de acceso a Estados Unidos, donde los espera otro equipo para trasladarlos al centro donde le hacen las primeras entrevistas para luego remitirlos a ICE.
La frontera del sector El Paso está resguardada en buena parte por una verja metálica doble. Y no toda tiene muros construidos por el hombre, solo 83 millas. Otra parte tiene barreras naturales, como montañas.
A través de los sensores y las cámaras a lo largo de la frontera, la Patrulla Fronteriza detectó que un grupo de seis inmigrantes indocumentados intentaban cruzar a Estados Unidos con una escalera improvisada para escalar el muro fronterizo en el sector El Paso. La vigilancia del lugar se activó incluso con un helicóptero.
Una vez que los migrantes centroamericanos se entregan a la Patrulla Fronteriza son interrogados sobre su identidad. Este lunes, uno de los agentes aseguró que un joven había falsificado un acta de nacimiento para disminuir su edad a 17 años y ser tratado como menor.
Los oficiales de la Patrulla Fronteriza en El Paso aseguran que nunca habían visto cifras tan altas de inmigrantes arrestados en este sector. Enero y febrero de 2019 fueron dos meses en los que repuntó el dato, con más de 1,000% de variación en relación con los mismos meses de 2018.
Un tramo del muro fronterizo en el sector El Paso es levantado para sustituir el anterior, que se ve justo enfrente, y que fue instalado hace más de 10 años.
En la verja de El Paso es común ver zonas en las que los inmigrantes cortaron la estructura para poder entrar a Estados Unidos sin entregarse a la Patrulla Fronteriza. Los agentes aseguran que quienes se encargan de hacer los cortes son los coyotes.
El agente Frank Pino asegura que durante sus patrullajes de este año ha sido común encontrar grupos numerosos de inmigrantes indocumentados que quieren entregarse para pedir asilo. El grueso de las personas se rinde en el tramo que va de Ysletas a El Paso, ambos en Texas.
En un tramo de la zona de Santa Teresa, en Nuevo México, el muro de acero se acaba y el camino queda abierto y es aprovechado por los inmigrantes indocumentados para cruzar. En la imagen, una patrulla fronteriza vigila el área.
Un oficial de la Patrulla Fronteriza abre la puerta para salir del cinturón que vigiló.
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A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
Imagen Almudena Toral/Univision
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