La invasión de los microplásticos: ingerimos más de 50,000 partículas al año

El plástico nos invade. Un nuevo estudio alerta de que, como media, ingerimos más de 50,000 partículas al año y respiramos la misma cantidad, con consecuencias desconocidas para la salud. Las últimas revelaciones indican, además, que los microplásticos no solo flotan en la superficie del mar, como se creía hasta ahora, sino que también se concentran en las profundidades de los océanos.

Natalia Martín Cantero
Por:
Natalia Martín Cantero.
Los pequeños fragmentos de basura llamados microplásticos no solo invaden la superficie del mar, también las profundidades.
Los pequeños fragmentos de basura llamados microplásticos no solo invaden la superficie del mar, también las profundidades.
Imagen Tunatura/Getty Images/iStockphoto

La cifra de microplásticos, los pequeños fragmentos y fibras procedentes de la descomposición del plástico, es posiblemente mucho más alta que esas 50,000 partículas al año, ya que esta aproximación toma en cuenta solamente un pequeño número de productos analizados a los que habría que sumar muchos más que habitualmente incorporamos en nuestra dieta, según el estudio publicado esta semana en Environmental Science and Technology. Las estimaciones se incrementan hasta alcanzar entre 74,000 y 121,000 partículas cuando se consideran los plásticos que inhalamos al respirar.

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Este estudio analiza los datos de 26 investigaciones anteriores que miden las cantidades de microplásticos en el pescado, los moluscos, el azúcar, la sal, la cerveza y el agua, además del aire de las ciudades. Algo relevante es que, como ya habían anticipado estudios anteriores, el consumo de agua embotellada incrementa de forma dramática la ingesta de micropartículas. Los individuos que solo consumen agua embotellada pueden estar ingiriendo 90,000 partículas adicionales al año, frente a las 4,000 para el agua del grifo, indica el estudio.


La mayor parte de los alimentos y bebidas no estaban incluidas en este estudio, que solo examinó el 15% de la ingesta de calorías, tomando como base las directrices alimentarias de EEUU. Alimentos como el pan, los procesados, la carne, los lácteos y los vegetales podrían contener también altas cantidades de plástico, de forma que la cantidad real podría situarse en los cientos de miles de partículas, según dijo Kieran Cox, científico de la Universidad de Victoria, en Canadá, y director de la investigación.

Un pequeño pero revelador estudio publicado el pasado otoño confirmó la presencia de estas diminutas partículas en las heces humanas. En las pruebas se
encontraron hasta nueve tipos de plástico diferentes, pero los más frecuentes fueron el propileno (el químico con el que se fabrican los envases de leches y jugos, por ejemplo) y el PET (polietileno tereftalato) el tipo de plástico que se usa habitualmente en las botellas de agua de un solo uso, los envoltorios o los textiles.

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Aunque faltan estudios al respecto, se cree que las partículas de microplásticos más pequeñas podrían entrar en el torrente sanguíneo y el sistema linfático y afectar a la tolerancia y la respuesta inmune del intestino. Los científicos todavía no saben a partir de qué cantidad ingerida el plástico puede representar un problema para la salud.

Los expertos de la Comisión Europea reconocieron la gravedad del problema en un informe publicado en abril en el señalaban que "las crecientes pruebas científicas sobre los peligros de la polución no controlada de los microplásticos, combinada con su irreversibilidad y su presencia a largo plazo" suponen una llamada a la acción.

Polución en el fondo del mar

La polución de los microplásticos se origina principalmente a causa de la desintegración de las basuras de este material que inundan el aire, la tierra, los ríos y también las profundidades de los océanos, el mayor hábitat del planeta. Precisamente un nuevo estudio publicado esta semana en Nature Scientific Reports revela que, a mayor profundidad, mayor cantidad de microplásticos.

Este estudio muestra, concretamente, que las principales concentraciones de microplásticos se encuentran a una profundidad de entre 650 y 1,000 pies, donde se registra una cantidad cuatro veces mayor que en la superficie. Esto es similar a las cantidades de basuras en la superficie del Great Pacific Garbage Patch, la enorme mancha de basura que flota en el Pacífico también conocida como el continente de plástico, a medio camino entre Hawaii y California y con un tamaño superior al doble del estado de Texas.

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Este estudio se llevó a cabo en la bahía de Monterey, en California, un santuario marino y refugio para muchos animales como ballenas, tiburones y nutrias. “No esperábamos encontrar esta polución a esas profundidades”, señaló Kyle Van Houtan, director científico del acuario de Monterey y coautor del estudio, en declaraciones a The Guardian.

Las implicaciones son enormes, ya que los descubrimientos muestran que los microplásticos podrían estar concentrados en las profundidades del océano. “Nos estamos dando cuenta de que el problema está más extendido de lo que creíamos, y no se reduce a la superficie del océano”, dijo Van Houtan.

Los microplásticos se han encontrado en todas las esquinas del planeta, pero los científicos señalan que este es el primer estudio riguroso sobre su distribución en varios niveles de profundidad de los océanos, no solo en la superficie, donde se pensaba que se concentraban.

La organización Océano Limpio en Tenerife, España, señaló que ante la situación en sus playas se han realizado jornadas de limpieza, pero que todavía queda mucho por hacer.
Video "Dan ganas de llorar": denuncian contaminación por decenas de libras de plástico en playas


Los científicos usaron submarinos y testaron agua a diferentes niveles de profundidad. También hicieron pruebas con dos especies que se alimentan filtrando el agua y viajan cada día desde la superficie hasta el fondo del océano: el cangrejo rojo y unas larváceas gigantes (unas criaturas parecidas a los renacuajos).

Los expertos encontraron microplásticos en los aparatos digestivos de todos los animales analizados. En la mayor parte de los casos del se trataba de PET.

Esta investigación también ha permitido concluir que estas partículas llevaban mucho tiempo en el océano, y que la mayoría procede de fuentes en tierra y no de artículos relacionados con la pesca.

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“El hecho de que los plásticos lo impregnen todo es un descubrimiento asombroso y seríamos tontos ignorándolo”, dijo Bruce Robison, científico senior del acuario de Monterey, en declaraciones a NPR. “Cualquier cosa que los humanos introducen en este hábitat está llegando a los animales e incorporándose a la cadena alimenticia”.

Las estadísticas de contaminación ambiental y la evidencia sobre el calentamiento global son abrumadoras. Tanto que a veces es tentador asumir que no podemos hacer nada para mejorar la situación. Pero nada está más alejado de la realidad. Algunos de los esfuerzos ambientales más importantes y necesarios incluyen la conservación de la energía y la reducción del consumo de agua y de carne y eso lo podemos combatir todos en nuestra vida cotidiana.
<br>No tienes que hacer nada en contra de tu voluntad, pero si quieres ser parte de la solución y dejar de ser parte del problema, esta es una lista de sugerencias fáciles y útiles que pueden guiarte a tener un estilo de vida saludable y con conciencia ecológica. 
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 <li>Deja de usar pajillas de plástico (pitillos, pajitas o sorbetes). Cada día se usan más de 500,000,000 pajitas de plástico en los Estados Unidos que terminan en un cubo de basura unos cuantos minutos después y perduran por décadas en el medio ambiente. Si por alguna razón sientes que las necesitas, hay pajillas de bambú que se pueden adquirir y son reutilizables. </li>
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2. No compres más recipientes de plástico, reusa los que tienes (especialmente deja de comprar botellas de agua).
3. Usa bolsas de tela o papel para todo lo que puedas. Evita al máximo las envolturas de plástico. En EEUU, se utilizan y descartan 100,000 millones de bolsas de plástico cada año. Reducir ese número sería de gran ayuda para el planeta.
4. Evita el desperdicio de comida, sé más ordenado al comprar y no descartes las frutas o vegetales que lucen imperfectos. Prefiere los productos de estación y aprende a leer las expiraciones (para no botar comida que aún esté en buen estado. Comparte lo que te sobre con otros.
5. Elige productos con poca huella de carbono, es decir, de producción local. Eso significa que se ha emitido menos dióxido de carbono en el concepto de transporte desde el sitio de su producción hasta tu mano. Incluso, trata de plantar tus propios vegetales si tienes dónde.
6. Aprende que no necesitas que todo sea nuevo. Compra ropa y muebles en “tiendas de segunda mano” (thrift stores). Aprovecha los garage sales, yard sales y stoop sales (depende de donde vivas).
7. Imprime lo menos posible. Pide que te envíen la papelería de forma digital para evitar impresiones innecesarios.
8. Se más responsable con tu basura e identifica dónde van a parar tus desechos cotidianos: empieza a reciclar de verdad.
9. En lugar de gastar periódicamente por comprar ropa o zapatos nuevos y deshacertes de los tuyos, intercambia ropa con amigos y amigas.
10. inspecciona tu hogar para evitar evitar fugas de agua o gastos eléctricos innecesarios.
11. Ordena tu itinerario mensual para usar la lavadora menos veces. Prefiere el ciclo de agua fría. Además, aprovecha a colgar tu ropa recién salida de la secadora, con ellos prodrias ahorrarte algunas horas de planchado al año.
12. Reduce el tiempo de tu ducha en un par de minutos y orina en la ducha cada vez que puedas. Dependiendo del orinal, cada vez que jalas la cadena, se requieren 6 litros de agua.
13. Haz carpooling al menos un día a la semana o pide trabajar desde casa. Camina o usa la bicicleta si son distancias cortas.
14. Haz voluntariado en un parque nacional o participa en limpieza de playas. Harás nuevos amigos y descubrirás la belleza natural a tu alrededor.
15. Come más lento y si puedes, en buena compañía. Disfruta los alimentos concientemente. Comerás menos y elegirás mejor.
16. Reduce el consumo de carne. La producción de ganado contribuye con cerca del 15% de la generación de emisiones de gases de efecto invernadero.
17. Adopta un ser vivo: un árbol, una planta o un animal y procura darle alimento y cuidado durante todo el año.
18. Inspira a otros a comprometerse también. Compárteles estas sugerencias.
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Las estadísticas de contaminación ambiental y la evidencia sobre el calentamiento global son abrumadoras. Tanto que a veces es tentador asumir que no podemos hacer nada para mejorar la situación. Pero nada está más alejado de la realidad. Algunos de los esfuerzos ambientales más importantes y necesarios incluyen la conservación de la energía y la reducción del consumo de agua y de carne y eso lo podemos combatir todos en nuestra vida cotidiana.
No tienes que hacer nada en contra de tu voluntad, pero si quieres ser parte de la solución y dejar de ser parte del problema, esta es una lista de sugerencias fáciles y útiles que pueden guiarte a tener un estilo de vida saludable y con conciencia ecológica.
Imagen iStock.com
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