EEUU y México llegan a un acuerdo para control migratorio y Trump suspende "indefinidamente" los aranceles

Tres días de negociaciones terminaron en un acuerdo de cuatro puntos, según los enumeró el canciller mexicano Marcelo Ebrard, en el que no está incluída la calificación de "tercer país seguro" que Washington pretendía.

Por:
Univision
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, aseguró que no se aplicarán tarifas arancelarias a productos mexicanos tras llegar a un acuerdo sobre inmigración y seguridad fronteriza con el gobierno de Trump, que amenazaba con imponer los aranceles si ese país no hacía más por frenar la inmigración irregular de centroamericanos que recorren México rumbo a Estados Unidos.
Video "Hemos llegado a un acuerdo": canciller mexicano lee la declaración de las negociaciones con EEUU para evitar aranceles

La noche del viernes, al cabo de tres días de intensas negociaciones, el gobierno de Estados Unidos y el de México anunciaron que llegaron a un acuerdo para controlar el flujo de centroamericanos que atraviesan territorio mexicano hasta llegar a la frontera binacional y que por tanto no se impondrán los aranceles de 5% al comercio que estaban previstos para entrar en vigor el lunes 10 de junio.

Así les contamos la marcha de las negociaciones

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El presidente Donald Trump fue el primero en hacer el anuncio vía Twitter, indicando que los aranceles quedarán "indefinidamente" suspendidos.

"Me complace informar que los Estados Unidos de América han alcanzado un acuerdo firmado con México. Los aranceles previstos para ser implementados por EEUU el lunes, contra México, quedan por tanto indefinidamente suspendidos", dijo en un primer mensaje.

Además, Trump mencionó que México ha tomado medidas "sólidas" para "detener la marea migratoria" rumbo a Estados Unidos, aunque dijo que los detalles los aportaría el Departamento de Estado.

“Esto se está haciendo para reducir en gran medida, o eliminar, la inmigración ilegal procedente de México y en los Estados Unidos”, expresó el mandatario.

Unos minutos después, el canciller mexicano Marcelo Ebrard celebró el acuerdo al que llegó la delegación que encabezó en Washington durante la semana y que tuvo tres jornadas de intensas reuniones con sus pares estadounidenses.

A la salida del Departamento de Estado en Washington, donde se realizó la última sesión de conversaciones que tomó 13 horas, Ebrard tuvo una breve rueda de prensa en la que explicó lo acordado, que resumió en cuatro puntos:


  • Un plan para desplegar la Guardia Nacional en los 11 municipios de la frontera sur a partir del lunes
  • México seguirá aceptando el ingreso de algunos inmigrantes centroamericanos bajo la sección 235 de su Ley de Inmigración y Naturalización, lo que implica que muchos solicitantes de asilo permanecerán en territorio mexicano mientras esperan el resultado de los trámites ante el gobierno estadounidense.
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  • Respaldo de Washington al plan del desarrollo integral centroamericano que el gobierno mexicano propuso en días pasados, de acuerdo con el canciller mexicano.
  • Se establece que si las medidas no resultan se hará una evaluación y anunciarán en un período de 90 días qué nuevas acciones se tomarán
Marcelo Ebrard aseguró que las delegaciones de ambos países acordaron que México desplegará a la Guardia Nacional en los 11 municipios de su frontera sur a partir del lunes y afirmó que seguirá aceptando que migrantes solicitantes de asilo permanezcan en su territorio mientras esperan los resultados del trámite ante el gobierno estadounidense.
Video Los cuatro puntos del acuerdo entre México y EEUU sobre control migratorio, según el canciller mexicano


Ebrard explicó que tanto México como Estados Unidos se comprometieron a trabajar de manera coordinada para evitar el tráfico y trata de personas en su frontera común, así como a fortalecer su relación bilateral, mediante medidas como el intercambio de información.

Aunque de acuerdo con la explicación del canciller mexicano, su país no quedará calificado como "tercer país seguro" (como se especulaba que eran los deseos de la Casa Blanca) reconoció que acordaron que las personas que ingresen por la frontera sur estadounidense "serán retornados sin demora a México, donde podrán esperar la resolución de sus solicitudes de asilo", mencionó el funcionario.

México aceptará por razones humanitarias el ingreso de estas personas y les ofrecerá oportunidades laborales, así como acceso a la salud, a la educación y protección a los derechos humanos, añadió.

El canciller mencionó además que habrá un proceso de registro y control en las fronteras, pues México, subrayó, no puede ser un país en el que la gente pase 'de un lado al otro’ de forma anónima.

Ebrard también recordó la medida de seguridad que ya se había anunciado en las últimas horas respecto al despliegue de un operativo con 6,000 elementos de la Guardia Nacional.

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Mike Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos, agradeció al canciller mexicano por su gran trabajo en estos días de negociaciones y añadió que "Estados Unidos espera trabajar junto a México para cumplir estos compromisos para que podamos detener la marea de la migración ilegal a través de nuestra frontera sur y hacer que nuestra frontera sea sólida y segura".

El presidente del Senado mexicano, Martí Batres Guadarrama, también celebró la suspensión de los aranceles e indicó que el congresista demócrata de origen mexicano Henry Cuellar le envió un mensaje: “Trato hecho. No hay aranceles mexicanos”.

El presidente de México Andrés Manuel López Obrador agradeció el apoyo de todos los mexicanos para evitar la aplicación de medidas arancelarias a productos de este país latinoamericano.

Reiteró que independientemente de esta decisión, este sábado encabezará el "Acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con Estados Unidos", en Tijuana, Baja California, en el cual originalmente se manifestaría en torno a las medidas impuestas por Trump.

Pero no todos han recibido la noticia con el mismo entusiasmo. Leticia Calderón Cheluis, experta en migraciones en el Instituto Mora en la Ciudad de México, dijo a la agencia Associated Press que el acuerdo es esencialmente una serie de compromisos únicamente por parte de México, que ahora es reponsable de "una doble tenaza en ambas fronteras".

Por su parte, el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, mostró un evidente sarcasmo ante la noticia en su cuenta de Twitter: "¡Esta es una noche histórica! Ahora que el problema está resuelto, estoy seguro de que no volveremos a oír de él en el futuro", tuiteó.

Solo en el mes de marzo, más de 53,000 unidades familiares entraron al país de esta manera, un máximo histórico. El sector del Valle del Río Grande es desde hace años el que registra el mayor número de aprehensiones de migrantes indocumentados de toda la frontera. En marzo llegaron casi 21,000. 
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Lo que permite que la mayoría de migrantes que llegan a EEUU con un niño no sean deportados de manera inmediata son dos normas de protección de la infancia: una ley de 2008 para la prevención del tráfico humano (TVPRA) y el Acuerdo Judicial Flores de 1997, que prohíbe al gobierno privar de libertad a menores de edad en centros de detención. Gracias a ellas, venir de la mano de un niño se convierte prácticamente en una garantía para la liberación del padre o tutor que lo acompaña.
Mario, de 26 años, y su hija Sindy, de 3, cruzaron la frontera sur de EEUU después de más de dos meses y medio en el camino. “Lo más duro ha sido el hambre, pero tomé esta decisión por mi hija que tiene una enfermedad de corazón”, afirma este hondureño, que es padre soltero. Dice que en su país, su empleo en fincas de banano no le daba ni para comprar la leche de la niña. Salió de Honduras con sólo 1,000 lempiras (unos 40 dólares) y le tocó pararse a trabajar en Guatemala y México para conseguir más dinero y poder así continuar el camino.
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En un viernes reciente de marzo en que Univision Noticias acompañó a la Patrulla Fronteriza, los oficiales procesaron a más de 1,100 personas solo en ese sector denominado 'Valle del Río Grande', según datos de esa agencia federal. Fue un día típico, dicen, que refleja la tendencia de la llegada masiva de unidades familiares. En la foto, la hondureña Roxi Xiomara Hernández (con camisa verde) posa junto a su hijo y a un grupo de madres migrantes que conoció en el camino. "Mi esposo vino aquí hace cuatro meses. Está en Tennessee. Él se vino por la delincuencia. Yo me arriesgué porque el niño no soportaba estar lejos del papá", cuenta.
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Algunos padres viajan con bebés tan pequeños que tienen que cargarlos todo el camino en brazos, como hizo esta migrante hondureña que llegó a Estados Unidos con su hijo de 10 meses.
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La mayoría de familias que llegan a este punto de la frontera son de Honduras, Guatemala y El Salvador. Sienten que huir es la única manera de ofrecer un futuro a sus hijos ante los problemas que los agobian, que van de la violencia de las pandillas y la pobreza a los efectos que el cambio climático está teniendo en algunas zonas del corredor seco de Centroamérica.
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"Cuando llegan estas cantidades de migrantes en esos grupos tan grandes se requieren más agentes para poder procesarlos y prepararlos para el transporte", afirma el portavoz de la Patrulla Fronteriza del sector del Río Grande, Carlos Ruiz. "Esto causa que nosotros tengamos que sacar a gente de un área (...) lo cual abre las puertas en otras áreas de la frontera".
Una vez que los migrantes se entregan a la Patrulla Fronteriza, los agentes procesan a los recién llegados: los cuentan y les dan unas bolsas de plástico para que metan los cordones de los zapatos, cinturones, cadenas y cualquier objeto con el que se puedan hacer daño.
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María cruzó el Río Grande con sus hijos Victoria Alejandra, de 17 años, y Juan, de 13. La mujer, que en Honduras trabajaba indicando las rutas de autobuses a los viajeros en la estación de Tegucigalpa, le dijo al agente de la Patrulla Fronteriza que se fue por la falta de oportunidades y la violencia.“Si no quitan a los gobiernos que están, nos vamos a ir todos”, aseguró.
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Carlos Humberto y Nubia Alejandra proceden de la aldea de Coral en Lempira (Honduras) y, una vez procesados, planeaban juntarse con un familiar que vive en Houston. “¿Han visto Houston en la televisión?”, les preguntó el agente de la Patrulla Fronteriza. “No señor. No tenemos ese privilegio. En mi comunidad no hay ni luz”, le contestó el padre. En Honduras, Carlos Humberto era agricultor cafetalero, pero dice que su cosecha se vio fuertemente afectada por la epidemia de roya y la sequía.
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Susely Álvarez tiene 27 años, es de Escuintla (Guatemala) y cruzó la frontera con sus dos hijos Alexander y Justin. La mujer asegura huir de la violencia de género y quiere buscar un tratamiento para su hijo mayor que padece de autismo. Mientras esperan a la Patrulla Fronteriza, el niño se impacienta. “Quiero ir a casa”, le dice a su mamá.
Muchos migrantes aseguran no haber tenido que pagar coyotes hasta que llegaron al lado mexicano del Río Grande. Este grupo de salvadoreños dice haber llegado “a puro jalón” (de bus en bus). “Somos la familia peluche”, afirma Ever, de 7 años, al bromear con su madre sobre cómo habían salido ellos dos solos y acabaron cruzando el río como junto a este grupo de salvadoreños con los que hicieron piña. La mayoría de ellos vienen de Usulután y dicen huir de la violencia.
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Entre los salvadoreños que llegan escapando de la violencia también hay menores no acompañados como Alfonso, de 16 años, que dice huir de las amenazas de las pandillas. “Al salir del colegio, me agarraron y me amenazaron porque no quise andar con drogas. Nosotros somos de una iglesia y me llamaron marica por no querer coger la droga”, asegura. En EEUU espera poder reencontrarse con su abuela que vive en Los Ángeles.
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A lo largo de todo el día no paran de llegar adultos acompañados de niños a esta zona conocida como Rincon Landing, cerca de la ciudad de McAllen. "En su país de origen les dicen que es mucho más fácil cruzar la frontera y poder ser quizás liberados por la Patrulla Fronteriza si vienen con un niño o menor”, asegura el agente Ruiz.
En la orilla del Río Grande es fácil encontrarse con vestigios de los cientos de centroamericanos que lo cruzan cada día. El verde y el marrón de la naturaleza de la zona se ven interrumpidos por los colores de las prendas de ropa que dejan los migrantes cuando llegan a Estados Unidos.
Algunos de los objetos que dejan los migrantes tras cruzar el río hablan por si solos, como este libro roto llamado 
<i>'Consuelo en tiempos de prueba'</i> que Rossmery Saravia le dedica a José Lenny Hernández.
Entre las cosas que los migrantes dejan atrás también hay documentos que dan fe de su procesamiento por las autoridades migratorias mexicanas, como este certificado de nacionalidad de un adolecente hondureño.
También hay muchas prendas de niños y bebés, una muestra de la nueva ola migratoria en la que los hombres adultos han dejado de ser mayoría entre los capturados por la Patrulla Fronteriza.
Además de las familias, también continúan creciendo los números de los menores no acompañados que llegan al país. En marzo fueron casi 9,000 los aprehendidos por la Patrulla Fronteriza.
A Génesis Antonia, de 6 años, y a su mamá Reyna Vega les tomó algo más de una semana para llegar de El Salvador a Texas. “Tuve que sacar a la niña del kínder porque yo trabajaba ahí en el comedor y me estaban pidiendo dinero y me amenazaron con hacerle algo si no les entregaba el dinero”, asegura la madre. Su objetivo tras ser procesada era encontrarse con un tío suyo que vive en Virginia.
Unas horas después de que llegaran los primeros migrantes a la zona de Rincon Landing, aparecen varios autobuses y camionetas de una empresa subcontratada. Después de cachear a los hombres y a los niños varones, los empleados pasan lista de los próximos que llevarán al centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza.
Mientras trasladan a los primeros que se entregaron, siguen apareciendo grupos de decenas de centroamericanos. Una vez que la Patrulla Fronteriza los procesa, algo que no debería tomar más de 72 horas, la mayoría de migrantes que llegan con niños son liberados en un albergue de Caridades Católicas de McAllen donde les asisten hasta que pueden viajar a la ciudad de Estados Unidos donde les patrocina algún familiar.
Los migrantes suelen ser liberados con un documento que indica la fecha en la que deben presentarse en una corte en la que un juez decidirá su futuro en el país; un proceso que, con las cortes de migración saturadas, puede tardar meses o incluso años.
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Solo en el mes de marzo, más de 53,000 unidades familiares entraron al país de esta manera, un máximo histórico. El sector del Valle del Río Grande es desde hace años el que registra el mayor número de aprehensiones de migrantes indocumentados de toda la frontera. En marzo llegaron casi 21,000.

Imagen Lorena Arroyo
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