¿Estresado y triste a causa del aluvión de malas noticias sobre medio ambiente? Esto es lo que puedes hacer al respecto

Desde la amenaza de extinción de un millón de especies hasta la invasión de los microplásticos en la comida o el deshielo en Groenlandia, que tan gráficamente muestra la imagen incluida en esta nota, afloran las noticias sobre la catástrofe medioambiental. Compartimos algunos consejos para poner nuestro granito de arena y combatir la ansiedad y la pesadumbre que generan.

Natalia Martín Cantero
Por:
Natalia Martín Cantero.
Una ballena muerta descansa en la playa Limantor en la estación Point Reyes, en el norte de San Francisco, California.
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Una ballena muerta descansa en la playa Limantor en la estación Point Reyes, en el norte de San Francisco, California. <br>
Imagen STEPHEN LAM/REUTERS

Glenn Fieldman, profesora de Estudios Ambientales en la Universidad de San Francisco (SFSU), está acostumbrada a que los alumnos lloren en su despacho. No por las malas notas, sino por el desconsuelo que les produce la situación actual en relación al cambio climático, cada día un poco peor que el anterior. “Es cada vez más preocupante la sensación de impotencia y de malestar”, señala Fieldman a Univision Noticias. “A veces no sé qué decirles. Yo misma me pregunto si de verdad quiero dejar de sentirme mal ante una situación tan alarmante; no estoy segura”.

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No faltan motivos para sentirnos mal, desde luego. Los microplásticos forman parte de nuestra dieta (ingerimos más de 50,000 partículas al año y respiramos otras tantas); el destino de un millón de especies está en juego a causa de las acciones de la humanidad, según un devastador informe de Naciones Unidas publicado en mayo. “El estado general del medio ambiente ha seguido deteriorándose en todo el mundo. La incapacidad constante para adoptar medidas urgentes está teniendo repercusiones negativas sostenidas y potencialmente irreversibles sobre los recursos ambientales esenciales y la salud humana", indica el estudio elaborado por 250 científicos y expertos de 70 países.

Esta foto del 13 de junio muestra a unos perros de trineo abriéndose camino en Groenlandia, donde el deshielo ha llegado mucho antes de tiempo. La imagen, que se ha hecho viral, simboliza la gravedad de la emergencia que enfrentamos.
Esta foto del 13 de junio muestra a unos perros de trineo abriéndose camino en Groenlandia, donde el deshielo ha llegado mucho antes de tiempo. La imagen, que se ha hecho viral, simboliza la gravedad de la emergencia que enfrentamos.

Lejos de adoptar medidas urgentes, el gobierno de Trump niega el problema y oculta los informes graves sobre cambio climático. Y esto, en sí mismo, una fuente de enorme estrés para los expertos que, como Fieldman, luchan para concienciar sobre la necesidad del problema dentro y fuera de las aulas. “La reelección de Trump sería catastrófica en relación a la lucha contra el cambio climático”, dice Fieldman, que reconoce haber padecido muchos desvelos con el mandatario y sus iniciativas para recompensar a las industrias que producen gas de efecto invernadero.


Los alumnos de Fieldman no son, por supuesto, los únicos en sentir ansiedad en torno a la situación actual. Hay incluso un término para definir este malestar: solastalgia, la palabra que describe el malestar que se produce por el impacto del cambio medioambiental en la gente. Y se ha convertido en una preocupación tal que la Asociación Psicológica Americana lanzó hace un par de años una guía para ayudar a los proveedores de salud a lidiar con conflictos relacionados con el cambio climático.

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El cambio climático relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero ha supuesto un record de altas temperaturas y tormentas extremas, sequías e incendios como los que asolan California. Estos desastres ambientales relacionados con el cambio climático tienen un impacto muy grave en los supervivientes, de acuerdo con las Naciones Unidas, que advierte del incremento de suicidios, depresión, ansiedad o estrés postraumático. Incluso para las personas que no están directamente afectadas por estos eventos, el cambio climático supone un importante elemento de estrés, advierten los CDC.

CDC
CDC

Impacto en la salud mental

“Puede que la salud mental no sea lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en cambio climático”, dice el informe de la Asociación. El impacto en la salud tiene muchas formas, como el empeoramiento del asma y las alergias, enfermedades relacionadas, con las tormentas, inundaciones y sequías. Sin embargo, señala el informe, “el impacto en nuestra salud mental es enorme. Incluye estrés, depresión, ansiedad, y se relaciona con un incremento de agresiones, violencia y crímenes. Para empeorar las cosas, las respuestas psicológicas al cambio climático, como evitar el conflicto, fatalismo, miedo, impotencia y resignación, están creciendo. Son respuestas que nos impiden, a nosotros y a nuestra nación, afrontar las causas y buscar soluciones”.

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Presentamos algunas ideas para no resignarse y caer ante el fatalismo:

Según el más reciente 
<b>reporte de la UNESCO </b>al respecto, el cambio climático se posiciona rápidamente entre los principales factores de riesgo para lugares patrimonio de la humanidad. La subida del nivel del mar, la acidificación de sus aguas, el alza en temperaturas atmosféricas y oceánicas y las sequías y reducción de nevadas y hielos invernales alcanzan niveles sin precedentes que inevitablemente deterioran también estos tesoros. En la imágen, los arrecifes de Nueva Caledonia.
Las
<b> islas Galápagos</b> son un archipiélago compuesto de 18 islas grandes, tres más pequeñas y más de cien isletas. Se hallan a unos mil kilómetros de la costa de Ecuador y están ubicadas donde confluyen tres corrientes del Océano Pacífico. El lugar es conocido por ser el que inspiró a Charles Darwin a desarrollar su teoría de la evolución de las especies basado en sus observaciones de la peculiar diversidad biológica.
En las últimas décadas, estas islas ya sufren el deterioro principalmente por el turismo, el crecimiento poblacional, la introducción de especies exóticas y la pesca ilegal. El cambio climático las deja aún más vulnerables.
La
<b> isla de Pascua o Raui Nui, </b>reconocida por sus enormes estatuas de cabezas que datan de los años 1250-1500 AC, se encuentra en el Océano Pacífico a más de 3,500 km de la costa de
<b> Chile</b> y es la isla poblada más remota del mundo.
La reducción en las lluvias de verano, el alza del nivel del mar, las inundaciones costeras y la erosión sobre Raui Nui son los impactos principales que trae el cambio climático, que se estima, conjuntamente resultarán en escasez de agua en la isla. Eso amena también el valor histórico y turístico de la isla, las enormes cabezas que le dan fama al sitio y corren altísimo riesgo de ser erosionadas, tumbadas y llevadas por el mar, ya que la mayoría de ellas se encuentran sobre la costa.
El 
<b>Parque Nacional Huascarán</b> se ubica en la Cordillera Blanca de 
<b>Perú</b>, la cadena montañosa tropical más alta del mundo, con su pico más alto alcanzando los 6,768 metros. El parque incluye casi 660 glaciares, 300 lagunas y una gran diversidad de flora y fauna y es el hogar de 135 especies de aves.
El cambio climático reciente está impactando de forma grave a este parque, que se observa particularmente a través de sus glaciares. Desde los años 30, los glaciares se redujeron un 30% y 151 de estos bloques de hielo de tamaño menor a un kilómetro cuadrado han desaparecido en los 30 años desde el primer inventario exhaustivo realizado.
En Brasil
<b>, </b>el 
<b>Bosque Atlántico</b>, que se encuentra en la zona litoral del país, es un tesoro de la biodiversidad, con una diversidad de paisajes y especies, algunas de las cuales sólo habitan en ese hábitat. Este bosque que alguna vez se extendía por 134 millones de hectáreas hoy se encuentra reducido a fragmentos que tan solo suman el 15% original.
El cambio climático ahora agrava la situación del territorio remanente de este bosque ya que los eventos de clima extremo, entre lluvias torrenciales y sequías, generan inundaciones, aludes y sequías que llevan al deterioro de las tierras y sus recursos. Esto es de especial preocupación, no solo para los amantes de la naturaleza sino para aquellos que dependen económicamente del ecoturismo de la zona.
En Colombia,
<b> la ciudad de Cartagena</b>, fundada en 1522, es conocida por las coloridas fachadas de sus construcciones de su estilo colonial y su imponente fortaleza frente al mar. La comunidad local disfruta de un flujo turístico del que depende su economía.
Hoy, debido a su baja elevación, Cartagena es considerada una de las ciudades del Caribe más vulnerables al cambio climático. La amenaza principal que le acecha es la subida del nivel del mar y las inundaciones costeras que trae.
La 
<b>ciudad venezolana de Coro,</b> también destacada por su estilo mantenido desde la época colonial, es uno de los principales sitios turísticos del país.
Coro fue agregada a la lista de patrimonio de la humanidad en peligro ya en el año 2005 por los daños significativos causados por una serie de lluvias y tormentas inusualmente intensas que abatieron la ciudad. La región del Caribe es de las más impactadas por un incremento de eventos de clima extremo asociados al cambio climático.
En 
<b>Norteamérica</b>, los sitios patrimonio amenazados que lista la UNESCO son el antiguo pueblo Lunenurg, en Canadá, y en Estados Unidos la estatua de la libertad y los parques nacionales Mesa Verde y Yellowstone. En este último, la irregularidad en el ciclo de lluvias y los inviernos más cortos desencadenan una serie de consecuencias que afectan desde el cauce de ríos, el crecimiento de plantas que sirven de alimento a diversas especies, sequías e incremento de incendios.
En el resto del mundo se destacan otros 21 sitios con este nivel de riesgo: en 
<b>Europa</b>, el mar de Frisia (perteneciente a Países Bajos, Alemania y Dinamarca) y otros 4 sitios; en 
<b>Asia y el Pacífico</b>, los arrecifes de Nueva Caledonia junto a otros 8 lugares; en 
<b>África</b>, el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi además de otros 3 parques; y de lo que se considera el 
<b>Mundo Árabe</b>, tres sitios que incluyen el Bosque de los Cedros de Dios, en el Lévano.
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Según el más reciente reporte de la UNESCO al respecto, el cambio climático se posiciona rápidamente entre los principales factores de riesgo para lugares patrimonio de la humanidad. La subida del nivel del mar, la acidificación de sus aguas, el alza en temperaturas atmosféricas y oceánicas y las sequías y reducción de nevadas y hielos invernales alcanzan niveles sin precedentes que inevitablemente deterioran también estos tesoros. En la imágen, los arrecifes de Nueva Caledonia.
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