Fictosexual: cuando te enamoras de un personaje que solo existe en la ficción

El término “fictosexual” es nuevo, pero la tendencia de enamorarse de seres ficticios, es vieja. Algunos incluso llegan a “casarse” con figuras imaginarias como Hatsune Miku, la cantante japonesa de pop de largo cabello celeste sintetizada por ordenador.

Por:
Univision
La aseguradora Cigna presentó las cifras que evidencian una reducción en la interacción humana y el bajo interés en las relaciones sociales. Indica que los más solitarios serían los jóvenes en el rango entre los 18 y los 22 años de edad.
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“Este hombre se casó con un personaje de ficción”. Este es el titular del artículo reciente del The New York Times que relata la historia de Akihiko Kondo, un hombre japonés de 38 años que asegura que su adoración por Hatsune Miku, una cantante de pop de larguísimo pelo azul generada por computadora, le sacó de su depresión. Tanto es así, que se casó con una muñeca que encarna esta ficción.

Kondo no está solo. Según el diario, decenas de miles de personas se enamoran de personajes de ficción, y los matrimonios (no oficiales) no son tan raros en el país asiático, donde hay incluso hoteles con tarifas especiales para personas que quieren pasar una noche loca con sus personajes o menús para quienes celebran el cumpleaños de su personaje favorito.

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Los fans pueden comprar cartas de amor de sus enamorados, reproducciones de su ropa e incluso aromas destinados a evocar su presencia.

Legalizar los matrimonios entre humanos y personajes ficticios

Ya en 2008 se lanzó en Japón una petición para legalizar los matrimonios entre humanos y personajes de dibujos animados. "Durante mucho tiempo sólo he podido enamorarme de personas bidimensionales y actualmente tengo a alguien a quien quiero de verdad", escribía uno de los firmantes en aquel momento, según recogía The Guardian. "Aunque sea ficticia, sigue siendo amar a alguien. Me gustaría que se aprobara legalmente este sistema a toda costa".

La cuestión es que los personajes no son reales, pero los sentimientos sí.

Este es el caso de Kondo, que explica que desde hace mucho es consciente de que una pareja humana no es para él debido a su intensa atracción por personajes como Miku, una figura popular en el anime y la cultura japonesa.

Creada como una voz sintetizada, Miku entró en los medios de comunicación como un personaje humano, pero ficticio, en series de anime y videojuegos. Con el tiempo, adquirió la suficiente notoriedad como para salir de gira con artistas de la talla de Lady Gaga en su gira Artpop Ball de 2014.

"Me llamo Akihiko Kondo. Soy un funcionaro. Me casé con Miku, que vive en mi casa. Unos 15 años atrás sufrí acoso en el trabajo y me tomé un permiso, pero gracias a ella pude volver al empleo. Me salvó. Amo a Hatsune Miku. Soy muy feliz".
"Me llamo Akihiko Kondo. Soy un funcionaro. Me casé con Miku, que vive en mi casa. Unos 15 años atrás sufrí acoso en el trabajo y me tomé un permiso, pero gracias a ella pude volver al empleo. Me salvó. Amo a Hatsune Miku. Soy muy feliz".


Kondo pidió en matrimonio a Miku en 2017 a través de Gatebox, una máquina que permite a sus propietarios interactuar con caracteres vía hologramas.

Invitó a su familia y compañeros de trabajo a la ceremonia, aunque ninguno de ellos acudió. Miku, en forma de muñeca de peluche, vestía de blanco en la pequeña ceremonia no oficial en Tokio en 2018 y él llevaba un esmoquin a juego.

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A la boda asistieron 39 personas, entre desconocidos y amigos de Internet, algunos de los cuales también son "fictosexuales".

"Hay dos razones por las que me casé públicamente", dijo entonces en declaraciones a la BBC. "La primera es demostrar mi amor por Miku. La segunda es que hay muchos jóvenes otaku como yo [una palabra japonesa para describir a personas intensamente interesadas en anime y manga ] que se están enamorando de personajes de anime. Quiero mostrar al mundo que los apoyo".

Aceptar sus sentimientos fue difícil al principio. Pero la vida con Miku, argumenta, tiene ventajas sobre estar con una pareja humana: ella siempre está ahí para él, nunca le traicionará y nunca tendrá que verla enfermar o morir.

Kondo se ve a sí mismo como parte de un movimiento creciente de personas que se identifican como "fictosexuales". Eso es, en parte, lo que le ha motivado a hacer pública su boda y a conceder incómodas entrevistas a medios de comunicación de todo el mundo.

Quiere que el mundo sepa que hay gente como él y que, con los avances en inteligencia artificial y robótica que permiten interacciones más profundas con lo inanimado, es probable que su número aumente.

Enamorarse de un héroe televisivo

¿Es tan raro todo esto? A primera vista desde luego que sí. Pero pensemos que tener un flechazo con un personaje literario cuando se es adolescente es de lo más común, y no es nada inusual que mujeres que hace muchos años dejaron atrás la pubertad atrás suspiren por héroes de la pantalla como Sam Heughan (Jamie, en el drama histórico Outlander).

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Así que quizás enamorarse de alguien famoso y completamente inaccesible —como el mencionado Heughan— tenga menos sentido que prendarse de un muñeco de peluche que, al fin y al cabo, se puede palpar.

<b>Un árbol marca la diferencia</b>
<br>Un simple árbol en medio de la ciudad puede marcar la diferencia y tener efectos positivos en los viandantes, según 
<a href="https://eurekalert.org/pub_releases/2017-11/uobc-scy110117.php">un reciente estudio</a> que documenta el vínculo entre la exposición a la naturaleza y el bienestar. La investigación es llamativa porque no se refiere a acampadas, ni largos paseos por el campo, sino a algo tan simple como el beneficio que producen las plantas de casa, los pájaros o el sol a través de la ventana de nuestro hogar.
<b>Déficit de atención por naturaleza </b>
<br>Este término fue acuñado hace unos años por el periodista y escritor Richard Louv, preocupado por el impacto negativo que la creciente desconexión con la tierra tiene en nuestra mente y cuerpo. Las salidas al campo han constituido un remedio clásico para las enfermedades psiquiátricas, pero ahora se plantea de otra manera: 
<b>alejarse de la naturaleza es lo que crea trastornos como la hiperactividad o la obesidad</b>, argumenta Louv.
<b>La adicción a la pantalla comienza pronto</b>
<br>Louv, que también es autor del superventas 
<a href="http://richardlouv.com/">Los últimos niños en los bosques: salvar a nuestros hijos del trastorno de déficit de naturaleza</a>, está preocupado por la adicción temprana a las pantallas, lo que supone que haya un 
<a href="http://www.abc.net.au/radionational/programs/lifematters/nature-deficit-disorder/2963804">montón de energía bloqueando nuestros sentidos</a>. “Esto, para mí, es 
<b>la definición de estar menos vivos</b>. No creo que nadie quiera que sus hijos estén menos vivos".
<b>El derecho de los niños a experimentar la naturaleza</b>
<br>Numerosos estudios han probado las ventajas para la salud mental y física, la cognición, la habilidad para aprender e incluso para la productividad del contacto con la naturaleza. Los efectos son tan positivos que, en 2012, en su congreso mundial, la 
<a href="http://www.iucn.org/">Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza</a> aprobó 
<a href="https://portals.iucn.org/docs/2012congress/motions/en/M-132-2012-EN.pdf">una resolución</a> por el derecho de los niños a experimentar la naturaleza.
<b>Si alguien te da a elegir entre 10,000 dólares o diez árboles, escoge los árboles </b>
<br>Esta es la comparación que hacen los autores de un estudio de Toronto (Canadá) que muestra cómo los barrios con árboles son más saludables. Concretamente, 
<b>tener diez o más árboles en el vecindario mejora la percepción de la salud de forma comparable a como lo haría disponer de 10,000 dólares extra</b> (la percepción de la salud es un factor subjetivo, pero los autores señalan que correlaciona fuertemente con las medidas objetivas de salud). “La gente ha descuidado las ventajas psicológicas del medioambiente para la psique”, señala 
<a href="http://psychology.uchicago.edu/people/faculty/berman.shtml">Marc Berman</a>, psicólogo de la Universidad de Chicago y director del estudio.
<b>Desde la ventana del hospital</b>
<br>En 1984, 
<a href="http://www.majorhospitalfoundation.org/pdfs/View%20Through%20a%20Window.pdf">en uno de los más tempranos y llamativos estudios,</a> el investigador Roger Ulrich observó cómo los pacientes que se estaban recuperando de una operación quirúrgica de vesícula en un hospital de Pensilvania recibían el alta un día antes y pedían menos analgésicos para el dolor si desde la ventana de su habitación veían unos árboles, frente a aquellos que sólo podían contemplar una pared.
<b>Salir a la naturaleza mejora el estado de ánimo</b>
<br>Gregory Bratman, de la Universidad de Stanford, en California, reveló cómo los voluntarios que caminaban por una zona verde del campus 
<a href="http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0169204615000286">se mostraban más atentos y felices</a> que aquellos que lo hacían, durante un tiempo equivalente, en una zona con tráfico denso.
<b>¿Por qué altera el parque el estado de ánimo? </b>
<br>Una de las razones es que la naturaleza reduce nuestra tendencia a rumiar las cosas, ese estado mental en el que no paramos de pensar en todo lo que puede ir mal, como un disco rayado. Esa es, en esencia, la conclusión de 
<a href="http://www.pnas.org/content/112/28/8567.abstract">otro estudio</a> que examina los mecanismos neurológicos que se producen cuando estamos en la naturaleza. “Salir a la naturaleza podría ser una forma fácil y casi inmediata de mejorar el estado de ánimo”, 
<a href="http://well.blogs.nytimes.com/2015/07/22/how-nature-changes-the-brain/?_r=0">resume Bratman</a>.
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<b>Shinrin-yoku, baños de bosque </b>
<br>Desde 1982 Japón hizo que la práctica del 
<i>shinrin-yoku</i>, o “baños de bosque”, forme parte de su programa de salud nacional. El objetivo es que la gente conecte con la naturaleza de la forma más natural.
<b>Más gente en el campo que en la ciudad</b>
<br>En 2008, por primera vez en la historia, había 
<b>más gente viviendo en las ciudades que en el campo. </b>Y 
<a href="http://www.pnas.org/content/105/7/2295.full">un estudio</a> de ese año encontró que el porcentaje de americanos que participan en actividades al aire libre como pescar o acampar ha decrecido un 1% al año desde finales de los 80.
<b>La ecoterapia frente a lo virtual </b>
<br>Nuestras
<b> </b>experiencias tienden a ser más virtuales que reales y eso tiene consecuencias negativas para la salud, como el incremento del estrés. Por esta razón, la “ecoterapia” es un campo de estudio en ebullición. Lo que recomienda, en esencia, es muy simple: nos conviene caminar descalzos en la tierra y consumir menos Netflix.
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Un simple árbol en medio de la ciudad puede marcar la diferencia y tener efectos positivos en los viandantes, según un reciente estudio que documenta el vínculo entre la exposición a la naturaleza y el bienestar. La investigación es llamativa porque no se refiere a acampadas, ni largos paseos por el campo, sino a algo tan simple como el beneficio que producen las plantas de casa, los pájaros o el sol a través de la ventana de nuestro hogar.
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