La decisión del presidente Donald Trump de desplegar efectivos militares en la capital estadounidense para apaciguar protestas ha generado una gran polémica entre civiles y también militares.
Aumenta la polémica por la decisión de Trump de militarizar la capital de Estados Unidos
La militarización de la capital estadounidense genera un debate sobre los riesgos de politizar al componente armado no solo entre la población civil, sino también al interior del ámbito castrense.
Sigue aquí los últimos acontemientos relacionados a las protestas contra la brutalidad policial


La Guardia Nacional del Distrito de Columbia ( DCNG por sus siglas en inglés) es la única Guardia Nacional de los 54 estados y territorios que reporta únicamente al presidente estadounidense porque esa jurisdicción adolece de gobernador.
En cada estado, la Guardia Nacional reporta a su respectivo gobernador.
El presidente puede activar a los 2,700 efectivos adscritos a la DCNG para que preste "servicio federal" si considera que las autoridades policiales ya no pueden mantener el control de la población civil.
Trump ordenó el pasado lunes el "servicio federal" de la DCNG, la cual despachó cientos de efectivos para apoyar a la Policía de Parques Nacionales, la policía federal y la policía metropolitana para mantener el orden durante las manifestaciones ocurridas en los alrededores de la Casa Blanca.
Numerosas ciudades estadounidenses han sido escenario de manifestaciones tras las muerte de George Floyd a manos de cuatro policías en Minneapolis la semana pasada.
Los efectivos portan equipo para el control de multitudes y armamento para defensa personal, dijo la DCNG en un comunicado.
No es la primera vez que ese cuerpo se activa.
La DCNG intervino en varias ocasiones durante la década de 1960 ante la afluencia masiva de visitantes que llegaban a la capital estadounidense para participar en protestas relacionadas a la guerra de Vietnam y la reivindicación de los derechos civiles.
Luego despachó a 1,800 efectivos para proteger la ciudad durante los disturbios ocurridos tras el asesinato de Martin Luther King en 1968.
Más recientemente, 600 efectivos se desplegaron por la ciudad durante los días posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.
Ese despliegue incluyó un grupo de 100 soldados que, por primera vez desde los disturbios de 1968, custodió las inmediaciones e inspeccionó los vehículos que entraban y salían del Congreso.
Además de activar a la DCNG, en esta ocasión Trump solicitó a gobernadores que enviaran soldados de sus respectivas Guardias Nacionales para reforzar la seguridad en la capital.
El general Joseph Lengyel, comandante de la Guardia Nacional, informó que 1,300 efectivos de DCNG habían sido desplegados en la capital y que se les sumarían otros 1,500 provenientes de Carolina del Sur, Indiana, Maryland, Nueva Jersey, Tenesí y Utah, según la radio WAMU.
La incursión actual de la DCGN en las calles de la capital ha generado gran polémica sobre el riesgo de politizar a las fuerzas castrenses, después de que la policía dispersara la noche del lunes a manifestantes pacíficos en un parque cercano a la Casa Blanca.
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Antes de que comenzara un toque de queda, la policía empleó gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento para despejar el área y permitir al mandatario posar ante las cámaras con una biblia en la mano delante de una iglesia contigua que había sido dañada por las protestas.
De hecho, varios gobernadores demócratas rechazaron el pedido de Trump de enviarles efectivos militares.
“No voy a enviar a nuestros hombres y mujeres de uniforme, una Guardia Nacional muy orgullosa, a Washington para una foto", dijo el gobernador de Virginia, Ralph Northam, a la agencia AP.
La oposición a las medidas de Trump empieza en casa.
La alcaldesa demócrata del distrito, Muriel Bowser, calificó esa actuación policial del pasado lunes como "vergonzosa".
Este miércoles dijo que su equipo evalúa si el jefe de estado "tiene la autoridad legal para pedir guardias a otros estados".
Bowser aseguró que ella no lo ha pedido a pesar de que sí tiene la autoridad.
We are examining every legal question about the Presidents' authority to send troops, even National Guard from other states, to the District of Columbia.
— Mayor Muriel Bowser #StayHomeDC (@MayorBowser) June 3, 2020
I have the authority and have not requested guard from any state. pic.twitter.com/AyKEmp92Jt
El malestar también se ha filtrado al interior de las fuerzas armadas estadounidenses.
El secretario de Defensa Mark Esper afirmó este miércoles que está en contra de desplegar efectivos militares para responder a las protestas. "No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección", dijo Esper ante periodistas en el Pentágono.
Por su parte treinta militares activos y reservistas compartieron con la página web Military Times su rechazo a que las tropas sean desplegadas para responder a protestas, aunque no practiquen arrestos ni usen su armamento.
Trump habló el lunes sobre la necesidad de responder con efectivos militares a las protestas que hayan degenerado en violencia, pero no movilizó fuerzas federales ni invocó la Ley de Insurrección.












