Demócratas defenderán ante asesora legal del Senado la decisión de incluir una reforma migratoria en el proyecto de presupuesto

Este viernes los demócratas tratarán de convencer a la 'parlamentarian', la principial asesora legal del Senado, para incluir una opción legal hacia la ciudadanía para diversos grupos de inmigrantes indocumentados dentro del plan de gasto social de 3.5 billones de dólares, indica la publicación especializada Político.

Por:
Univision
La jueza Cynthia Bashan dijo que los agentes de protección fronteriza no cumplieron con su obligación de examinar a los migrantes que solicitaban asilo. En cambio, los regresaron a México para inscribirlos en listas de espera no oficiales. El Departamento de Seguridad Nacional no ha hecho comentarios aún sobre el fallo judicial. Más información aquí.
Video Jueza federal de EEUU declara inconstitucional la política de rechazar a solicitantes de asilo en la frontera

La asesora legal del Senado, Elizabeth MacDonough, escuchará este viernes los argumentos para saber si los demócratas pueden incluir una vía legal hacia la ciudadanía de algunos inmigrantes indocumentados en su plan de gasto social de 3.5 billones de dólares, de acuerdo con fuentes "familiarizadas con el tema" que son citadas por Político.

En la víspera de que el Senado regrese del receso la próxima semana y con las conversaciones bipartidistas estancadas, los demócratas creen que el llamado proceso de reconciliación es su mejor oportunidad para promulgar una reforma migratoria en este Congreso, debido a que esto le permite aprobar legislación sin apoyo republicano y así evitar obstáculos en la Cámara Alta.


Aunque el Comité Judicial del Senado analiza esta iniciativa en la conformación de las disposiciones de inmigración del proyecto de ley presupuestaria, no es seguro que MacDonough -una exabogada de inmigración- tome una decisión final de inmediato o que termine por pronunciarse a favor.

Los demócratas aspiran incluir un camino hacia la ciudadanía para los beneficiarios de DACA, los que cuentan con estatus de protección temporal, empleados agrícolas y otros trabajadores esenciales durante la pandemia. Tratarán de convencer a la asesora legal de que la propuesta se alinea con los requisitos presupuestales del Senado y de que habrá un impacto en el gasto federal, ingreso y deuda.


Aunado a su interés de poder cumplir con una promesa de campaña, la bancada demócrata afirma que esta legislación se alinea con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia de la administración del presidente Barack Obama, la cual ha estado en un limbo legal desde que en julio un juez federal de Texas bloqueó la posibilidad de nuevas inscripciones en el programa.

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A principios de 2021, MacDonough falló en contra de los demócratas al rechazar su propuesta de aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora en su proyecto de ley de ayuda para la pandemia de 1.9 billones de dólares.

Javier Hernández Kistte tiene 27 años y vive en Los Ángeles. Llegó a EEUU desde la Ciudad de México cuando tenía ocho años y se graduó en la Universidad de California en Irvine. Contó a la agencia Reuters que ser beneficiario de DACA le ayudó a trabajar para pagar sus estudios. "Mis padres todavía son indocumentados y como familia luchamos con la ansiedad de que puedan ser deportados en cualquier momento”, agregó.
Hernández Kistte en su lugar de trabajo, una empresa producción de efectos especiales de Los Ángeles. “La ansiedad ha aumentado con la incertidumbre de que mi hermano y yo regresemos a un estatus de indocumentados. No se trata solo de nosotros. Sé que hay personas que están dispuestas a negociar por nuestro derecho a estar aquí, pero que harían de la vida de otros una pesadilla. No quiero eso", concluyó.
Martha Valenzuela tiene 23 años y llegó a los dos años desde Sinaloa, México. Se graduó en la Universidad del Estado de California. Sobre el fin del programa DACA del cual es beneficiaria dijo a Reuters: “Me rompió, es traumático porque he vivido en este país durante 21 años. Todos queremos un camino hacia la ciudadanía, todos queremos protección permanente para nosotros y nuestras familias”.
Valenzuela trabaja en una empresa en Orange, California. “La razón por la que este país nos etiquetó como ‘soñadores’ es porque queremos algo que parece que fuera inalcanzable. Si podemos soñarlo, podemos lograrlo. Se necesitan agallas para soñar y se necesitan agallas para luchar por ello", concluyó Valenzuela.
Bárbara Hernández tiene 26 años, vive en Santa Ana y se graduó en la Universidad Comunitaria de Orange Coast en California. Llegó a EEUU desde la Ciudad de México cuando tenía seis años. Trabajaba como maestra de educación especial hasta que DACA fue derogado por el nuevo gobierno. "Ese fue el trabajo más gratificante y amoroso que he tenido, pero con este gobierno y el fin de DACA estaba muy asustada ”, aseguró la dreamer.
Hernández participa en las protestas en Los Ángeles a favor de una legislación para los dreamers. "Tuve una etapa de pánico y estaba deprimida", agregó. "Me preocupa cómo se sienten los beneficiarios de DACA y su estado mental. Me gustaría ver una protección permanente no solo para nosotros, sino también para los otros 11 millones de inmigrantes sin documentos".
Karla Estrada tiene 26 años, vive en Los Ángeles y es graduada de la Universidad de California. Es asistente legal y se prepara para ingresar a la Escuela de Leyes. Llegó a EEUU desde Morelos, México, cuando tenía cinco años. "DACA siempre ha sido muy problemático y temporal, no es lo ideal. Nos ha dado la libertad de trabajar, legalmente, sin temor a que en tres meses nos despidan porque no tenemos un número de seguridad social”, afirmo la soñadora.
Estrada vive en un apartamento en Los Ángeles y su familia permanece en México. “Tengo que cuidarme en este país, pero también tengo que cuidar de mi mamá, mi papá y mi hermano que están en México. Lo que más me asusta es no poder cuidar a mi familia (…)”, concluyó.
Brian Caballero tiene 25 años y está a punto de graduarse en el Politécnico de California en Pomona. Llegó a Estados Unidos cuando tenía seis años desde Guadalajara, México. Asegura que está preocupado por el fin de DACA: "Me aterroriza que cuando finalmente me gradúe no pueda ser empleado en EEUU”.
Caballero en una clase de laboratorio del último año de la carrera de Ingeniería Eléctrica. “La gran mayoría de las personas indocumentadas vinieron para tener una vida mejor. La mayoría de las personas están aquí igual que yo, tratando de obtener educación para mejorar sus vidas ", concluyó.
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Javier Hernández Kistte tiene 27 años y vive en Los Ángeles. Llegó a EEUU desde la Ciudad de México cuando tenía ocho años y se graduó en la Universidad de California en Irvine. Contó a la agencia Reuters que ser beneficiario de DACA le ayudó a trabajar para pagar sus estudios. "Mis padres todavía son indocumentados y como familia luchamos con la ansiedad de que puedan ser deportados en cualquier momento”, agregó.
Imagen Lucy Nicholson/Reuters
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